O Rei das Tartas abre mañana la instalación, situada entre Mondoñedo y Abadín
04 dic 2019 . Actualizado a las 09:20 h.Hay casi 200 kilómetros de la transcantábrica que carecen de esas instalaciones
El tráfico que circula por la autovía del Cantábrico (A-8) en Galicia tiene una área de servicio. Cinco años después de que se abriesen los dos últimos tramos (Mondoñedo-Lindín y Lindín-Carreira), que completaron el trazado de la transcantábrica y permitieron que Galicia y Asturias se conectasen por una vía de alta capacidad, la falta de unas instalaciones de ese tipo suponía una notable carencia.
En los casi 200 kilómetros que van de Carreño, municipio de Asturias limítrofe con Avilés, a Baamonde, localidad donde la A-8 desemboca en la autovía del Noroeste (A-6), no hay área de servicio alguna. En A Xesta (Abadín) está prevista para esta noche la inauguración, y para mañana la entrada en funcionamiento de un establecimiento que paliará esa carencia: no estará en las márgenes de la transcantábrica sino en un ramal de acceso, a pocos centenares de metros, y su funcionamiento se debe a la iniciativa privada.
El empresario mindoniense Carlos Folgueira, O Rei das Tartas, impulsa este negocio, que ha supuesto una inversión cercana al millón y medio de euros. Las instalaciones se sitúan en el margen derecho de la carretera que enlaza la N-634 con el acceso de la A-8 en A Xesta, lo que supone un desplazamiento de pocos centenares de metros si se circula por la transcantábrica y se quiere acceder al área de servicio.
Cafetería y restaurante, duchas o parque infantil son, además de una gasolinera, algunas de las ofertas de la nueva área de servicio, que ha ido avanzando en su construcción, aunque con retrasos, mientras las previstas en los márgenes de autovía del Cantábrico a su paso por el Occidente asturiano, por A Mariña y por la Terra Chá siguen todavía pendientes.
Solo para la primera de ellas -situada en el municipio de El Franco, a la altura del kilómetro 490- llegaron a licitarse los trabajos, con un presupuesto de unos tres millones de euros. Tanto la de Barreiros, prevista cerca del acceso por el que se accede a la N-642, como la de Vilalba -prevista entre los accesos de Goiriz y de Grandisca, prácticamente a la altura del polígono de Sete Pontes- siguen en fase inicial.
La nueva área de servicio está a unos pocos centenares de metros del kilómetro 552. El tramo que va de Arroxo (Lourenzá) a A Xesta, de 16 kilómetros en total, suele cerrarse a menudo, especialmente de primavera a otoño, cuando la niebla complica la circulación en las inmediaciones del alto de O Fiouco (A Pastoriza), situado a 698 metros de altitud. El cierre de la A-8 obliga en esos casos a los conductores a circular por la carretera N-634, cuyo trazado discurre al lado del área de servicio que ahora empieza a funcionar.