El fuerte viento arrancó el domingo de madrugada parte del tejado de un edificio dejando los trasteros al descubierto y sin protección
28 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Meteogalicia contabilizó en la estación viveirense de Penedo do Galo ráfagas de viento de 184,5 kilómetros/hora y en la de Burela, de 151,3 km/h. Sucedió a las 5.50 horas de la madrugada del domingo. A esa hora la borrasca Herminia causaba estragos en el concello burelense, uno de los más afectados este fin de semana.
De la zona portuaria al centro, de calle en calle. Así anduvieron varios equipos de bomberos de Barreiros afrontando las incidencias más urgentes y teniendo que volver este lunes para atender el resto.
El fuerte viento causó daños en los tejados de las naves de redes y de Expomar, lo que obligó a cerrar accesos al puerto hasta por la noche cuando, según la regidora, Carmela López, los fueron abriendo progresivamente ante la entrada de barcos.
«O temporal deixou moitos danos en Burela, pero sin incidencias persoais, que é o máis importante», reconocía este lunes la regidora mientras hacía balance.
Confirmó que la madre y la hija que tuvieron que dejar la casa de la calle Suafonte a la que el viento le arrancó la chimenea, se alojaron en casa de familiares. «Foron os bombeiros os que dixeron que era mellor desaloxar por si se daban novos danos na vivenda», indicó, a la vez que confirmó que fueron los vecinos de la zona los que alertaron del riesgo de que cayeran elementos del tejado de la Casa do Mar a la vía pública: «Avisáronnos e enviáronnos fotos da cuberta».
Los bomberos actuaron en la zona donde había más riesgo dejando el resto para momentos más tranquilos. Fueron pocos. Por la tarde también tuvieron que desplazarse a la calle Ramón Farré, donde cayeron restos de planchas de uralitas de los edificios.
Si los días previos los bomberos ya habían tenido que acudir a la avenida Arcadio Pardiñas para retirar o sujetar planchas de medianeras y canalones y bajantes de edificios, el domingo se emplearon en la misma avenida, a la altura del número 163, donde el viento llevó casi por completo la cubierta del inmueble, dejando los trasteros al descubierto y favoreciendo la filtración de agua a los pisos superiores. Parte de las chapas acabaron en la vía del ferrocarril, que discurre por la parte posterior del inmueble.
Residentes del edificio recordaban que la nueva cubierta se instaló hace pocos años. Personal municipal de obras aún tuvo que ir el domingo por la noche a la Rúa do Instituto, donde un poste de teléfonos y su tendido amenazaban con caer sobre la calle.