Así fue la reunión en la que se eligieron las sedes del Mundial 2030: «Vamos a meter valores en el Excel hasta que nos cuadre con los resultados»
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Los evaluadores que conformaron el primer borrador de los 11 estadios, en los que aún estaba Balaídos, se quejaron de la dificultad para entender los criterios de la FIFA y acordaron ser laxos en sus puntuaciones
25 mar 2025 . Actualizado a las 16:23 h.La elección de las sedes españolas para la candidatura del Mundial 2030 está estos días en el centro de la polémica tras salir a la luz el cambio que dejó fuera el estadio de Balaídos para meter en su lugar a Anoeta. A ello se suma ahora la filtración de los audios de la primera reunión, a la que ha tenido acceso El Mundo, y que muestran los tejemanejes y el chapucero método de selección de los campos. «Vamos a meter valores en el Excel a ver qué nos queda», se le escucha decir a María Tato, directora de la Candidatura del Mundial 2030 en la RFEF, «la primera prueba de las 800 que haremos hasta que nos cuadre con los resultados».
A la reunión de tres horas, celebrada en el despacho de Fernando Sanz, exjugador del Real Madrid y responsable del equipo organizador, acudieron tanto Tato como Joana Soares, del Área de Estrategia, y se sumó poco después Marta Alcalde, otra empleada de la RFEF.
Los allí reunidos tenían claro que querían finiquitarlo todo lo más rápido posible. Tenían prisa, preocupados por si les «rompía el día», y el método utilizado para el baremo era lo de menos. Comenzaron con Riazor. Tras leer los criterios de puntuación y discutir sobre la interpretación de los mismos, se dieron cuenta de que ya se estaban alargando más de lo que querían. «Con un estadio estamos tardando la de Dios», dijeron. Así que acordaron ser más laxos.

Tato era la que llevaba la voz cantante, y hablando del estadio herculino, empezó a valorar el tema de las comunicaciones. «Aquí la que conoce los aeropuertos soy yo», dijo reafirmando su autoridad, «el de A Coruña es pequeño, la mitad que el de Bilbao, muy pequeñito». Y destacó que conexión con Marruecos «no tienen una mierda». Pero no se ponían de acuerdo sobre cómo valorarlo. «Vamos a meternos en la cabeza un criterio que nosotros consideramos un 5», recomendó Tato, mientras otra de las presentes incidía en que no tenían claro cuál era el criterio a seguir en el caso de los aeropuertos. «¿Tren tiene A Coruña?», se preguntaron entonces, «¿sí, no? Pues ponle un 10». Y así quedó establecida, sin más debates, su puntuación. Aunque mostraron su temor por poner puntuaciones «a huevo», Sanz se mostró a favor de ser más laxos en los criterios: «No hay que tener tanto miedo», destacó.

Pero ni con esas consiguieron desencallar los problemas para comprender los baremos. Los criterios hablaban de si las potenciales sedes habían albergado acontecimientos destacados en los últimos años. «¿Un concierto de los Guns N' Roses es relevante? No sabemos cómo interpretarlo. Está muy mal explicado», se lamentaron. Y en algunos momentos llegan a perder las formas ante la frustración. «María, no te líes, coño, por no repetir todo 70 veces. ¿Cuenta con el certificado ambiental? Pues 20. Tira», apremiaban.
Se quejaban también de los informes enviados desde las posibles sedes. «Es que no tiene ningún sentido lo que han adjuntado, te cuentan aquí la historia de Las Palmas», se le escucha decir a Marta Alcalde.

De esa caótica reunión salió la primera lista de puntuaciones con 11 estadios elegidos. De ellos, el último era el del Celta de Vigo, con 10,2004 puntos, seguido por Anoeta, que quedaba fuera con 10,1226. Ese Excel se compartió con los responsables de la Federación, dirigida entonces por Pedro Rocha, y se llegaba a argumentar que la opción de Vigo premiaba también su «vecindad» con otro de los países participantes, un criterio impulsado expresamente por el Gobierno español que solo afectaba a la ciudad olívica y que luego no se llegó a aplicar.
Apenas dos días después, el equipo retocó el Excel con una pequeña alteración del estadio vasco que le permitía superar a Vigo. Anoeta pasaba a tener 10,6026 por un cambio en la valoración del «nivel de intervención que debe llevarse a cabo» para adaptar la sede. Y dejaba, de este modo, a Balaídos fuera de la lista de sedes propuestas.