«Quería vacunarme para poder jugar al fútbol sin la mascarilla por fin»

a. garrido / r. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Llegó el turno de los niños y acudieron a vacunarse contra el coronavirus en el mes de diciembre
Llegó el turno de los niños y acudieron a vacunarse contra el coronavirus en el mes de diciembre ROSA ESTEVEZ

Más nervios en los padres que en los niños en el arranque de la vacunación para los más jóvenes en el Hospital do Salnés

15 dic 2021 . Actualizado a las 21:42 h.

El ajetreo a primera hora de la tarde a las puertas del Hospital do Salnés da pistas de que algo pasa. A esas horas, alrededor de las tres de la tarde, la cosa suele estar bastante tranquila tras el trajín matutino. Pero, ayer, se vivía un pequeño caos en la entrada, con muchas personas congregadas a la espera de poder acceder para poder iniciar el proceso de vacunación de los niños arousanos. Iban llamando uno a uno según se iba vaciando el salón de actos, que es el lugar escogido para las inoculaciones. Hasta veinte niños en cada turno. Luego, tocaba bajar hacia el lugar de los hechos en fila (tomaban la temperatura en la entrada) y en la cola el personal recogía la autorización firmada, que lleva lista de casa casi todo el mundo, pero que algunos rezagados todavía cubren allí.

Una vez en el salón, al que se va entrando de uno en uno, los niños se sentaban en las butacas, separados, y el personal sanitario (todos engalanados con diademas navideñas) les explicaba con todo detalle qué les van a poner, que en ocho semanas les tocará la segunda dosis, los síntomas que pueden tener después y que esas pequeñas molestias se pasarán sin problemas con un poco de Dalsy o de Apiretal.

Loa rapaces, manteniendo la calma y el sentido común que han venido mostrando desde el principio de una pandemia que las ha robado buena parte de su infancia. Los progenitores, algunos al menos, de los nervios. Y, tras el pinchazo, que reconocen todos que nos les dolió, de nuevo otra sesión de seny, que dirían los catalanes, además de una pulsera y una mascarilla que les regala el personal médico. Desde que se enteraron que ahora, por fin, les tocaba a ellos, las conversaciones en los colegios han versado sobre lo mismo. Y una charla con ellos desvela cuáles son sus prioridades y por qué aguardaban este momento como agua de mayo. Lo cuentan, por ejemplo, Lara y Noa Sixto, que tienen once años (cumplirán doce el 14 de febrero). Son de Vilanova y acudieron a vacunarse al Hospital do Salnés, más nerviosas que asustadas y confiadas en que no tendrán ninguno de los síntomas que les dijeron las enfermeras. Ya acostumbradas a las mascarillas en su día a día dicen que nos les importa llevarlas. Algo que corrobora su madre Nanci, que asegura que más de una vez les ha tenido que decir que en casa, con la gente con la que conviven, no tienen por qué llevarlas puestas, pero que se les olvida. Solo les molesta cuando juegan al fútbol, y precisamente por eso, se alegran de vacunarse, para librarse de ellas en el terreno de juego.

MONICA IRAGO

Idéntica opinión es la que tiene Antón, también de once años: «Quería vacunarme para poder jugar al fútbol sin la mascarilla puesta», afirma. Él ya ha puesto el contador en su reloj particular para que pasen las ocho semanas que tendrá que esperar entre las dos dosis. Lo que seguramente todavía no sabe es que la decisión de jugar, y entrenar, con o sin mascarilla, no dependerá de que estén vacunados él o sus compañeros de equipo sino de que alguien decrete que lo que vale para los niños de doce años, que con la pauta completa no tienen por qué utilizarla, sirva también para los de once. Cuando se le cuestiona por qué esa fijación por la mascarilla aporta otra de esas razones que son imbatibles: «Cuesta respirar cuando corres con ella», responde.

La vacunación de los niños seguirá durante los próximos días en el Hospital do Salnés. En esta primera tanda de vacunaciones, los convocados tienen entre 9 y 11 años de edad. La intención del Sergas es vacunar a todos los de 10 y 11 y a una parte de los de 9. Será por las tardes, entre las 15.30 y las 21.00, desde ayer y hasta el fin de semana. Esto no implica que se pare el proceso de los adultos, puesto que el punto de vacunación masiva, sito en la Comandancia de Marina de Vilagarcía, seguirá inoculando la tercera dosis de la vacuna al grupo de edad de entre 50 y 59 años, aunque desde ayer y hasta el viernes únicamente en horario matinal. Una tarea que está previsto que continúe también a partir del lunes.