La cambadesa enferma de AME retoma su campaña de visibilización en redes sociales tras regresar del hospital de Seúl
01 dic 2022 . Actualizado a las 19:25 h.«Levo dende o 2017 bebendo por pajita porque para min era imposible beber por vaso sen atragantarme. Aos dous días de poñer o tratamento empecei a ter a sensación de que podía beber sen pajita, probamos e...voila. Para moitos é unha tontería, para min, un gran avance». Lo cuenta Merchi Álvarez en las redes sociales una semana después de haber regresado de Corea de recibir una nueva dosis del tratamiento que le dispensan en el Hospital Universitario de Hangyan contra la atrofia muscular espinal (AME) que padece. Y para que nadie ponga en duda sus palabras, publica un vídeo en el que se la puede ver bebiendo, con ayuda claro, porque ella no puede sostener el vaso debido a la parálisis que la atenaza el cuerpo.
Es el segundo vídeo con ella como protagonista que sube a Internet desde que llegó de Seúl —el anterior muestra como flexiona la espalda con la ayuda de su fisioterapeuta Fran—, con lo cual quiere demostrar que su estado de salud está mejorando y que, por tanto, la medicación que está recibiendo, funciona.
Es, explica, una manera de «protesta silenciosa» que no deja de ser una petición de ayuda para que alguien, desde las esfera pública o privada, abra la llave para sufragar los gastos que supone recibir el tratamiento que han encontrado para ella. De momento, la Consellería de Sanidade no lo hace apelando a que ningún sistema sanitario reconoce la terapia que está recibiendo la cambadesa, pero ella no se rinde. No entra en detalles, aunque desvela que tiene pendiente una reunión con el propósito de buscar una solución a su caso.
Le dicen en el hospital de Seúl que debería volver a cruzar el mundo en febrero o marzo para recibir una nueva «recarga», la cuarta, de modo que la historia se repite. Merchi no dispone de la fortuna que supone para ella pagar el avión, la estancia en el hospital y el tratamiento, de modo que no le queda otra que buscar ayuda desesperadamente. Las iniciativas solidarias en favor de su causa se suceden, pero esta mujer no quiere seguir dependiendo de la generosidad de la gente que, por otro lado, ya no llega para pagar la alta factura que supone más de un año de terapia. Lleva gastados más de cien mil euros que han salido, en su mayor parte, de donaciones, y pide a la administración que coja el relevo y busque la fórmula para terminar con la agonía de verse sin dinero para plantar cara a la AME.
Entre tanto, retoma sus rutinas en Cambados. Está deseando volver el lunes a las sesiones de piscina que le hacen tanto bien y seguirá activa a través de las redes sociales, una ventana a la que se asoma para dar visibilidad a su problema y por la que no deja de recibir muestras de apoyo y de cariño.