Solo para el compromiso

Vítor Mejuto JEFE DE EDICIÓN GRÁFICA DE LA VOZ DE GALICIA

A ILLA DE AROUSA

17 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegué a Vilagarcía para aprender un oficio en 1993. Lo aprendí de uno de los mejores: Michael Volker Kopa. Él me enseño a construír imágenes en el ya desaparecido lenguaje del blanco y negro. Echo de menos esa respuesta química. Luego Julio Fariñas me enseñó a nutrir de información esas imágenes y Alonso de la Torre lo que es un reportaje. Al poco tiempo estaba subido a la verja del pazo de Baión cuando las madres, cargadas de razón y de rabia, lo asaltaban. Estaba en medio de una barricada en el puente de A Illa mientras neumáticos en llamas volaban sobre mi cabeza. Asistía mientras esperaba en la puerta de un juzgado a ese crepúsculo de los dioses, desprovisto de cualquier rastro de refinamiento, que sobrevino después de la operación Nécora.

Fue un privilegio asistir como testigo a la convulsa historia de una comarca fértil en material periodístico y poder contarlo, a veces, cuando hubo suerte, con una sola imagen. En ocasiones, en Arousa he tenido la sensación de vivir un estado de excepción. El Prestige, los incendios de 2006, las fuertes inundaciones. Para alguien tan militantemente descreído como yo, situarse al lado del marinero que lucha por su pan, del vecino que protege su hogar, fue algo innegociable. No había espacio para la ironía ni para la distancia. Solo para el compromiso.