Abolir la cuota láctea hizo perder 4 millones a las granjas de la zona
BARBANZA
El desplome de los precios de origen de la lecha alcanzó el 30 % en dos años
05 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Acaban de cumplirse dos años de la desaparición de las cuotas lácteas -desaparecieron el 31 de marzo de 2015- y el balance que arroja este período no puede resultar más negativo para los ganaderos de la comarca. De hecho, se calcula que las pérdidas acumuladas sobrepasan ampliamente los cuatro millones de euros.
Esta cifra es el resultado de multiplicar los más de 170 millones de litros de leche producidos en territorio barbanzano durante este espacio de tiempo, por el rendimiento económico obtenido tras su venta. Cantidad que resulta claramente negativa dado que el precio pagado por la industria -osciló entre los 26,9 y los 30,3 céntimos- ni siquiera alcanzó para cubrir los costes de producción que se estiman en 31 céntimos por litro para la mayoría de establos.
Bien es cierto que este último parámetro varía sustancialmente de unas granjas a otras en función de aspectos tan dispares como la base territorial, los sistemas de manejo del rebaño, el volumen de producción o las cargas financieras. Pese a todo, existen varios estudios de costes, algunos de ellos elaborados por el propio Ministerio de Agricultura o la Interprofesional Láctea (Inlac) que elevan la horquilla de costes medios de producción hasta los 35 céntimos. Por lo que, si se tomase como referencia esta cifra, las pérdidas de los granjeros de la comarca se incrementarían notablemente hasta situarse por encima de los 11 millones de euros.
Detrás de esta delicada situación se encuentra un desplome progresivo de los precios en origen que ronda el 30 % en apenas dos años y que parece provocado, de forma principal, por la eliminación de los topes de producción y por el aumento desmesurado de la producción en el conjunto de Europa. Por si esto no fuese suficiente, han coincidido en el tiempo otros factores como el descenso del consumo mundial, un frenazo significativo de las importaciones chinas de leche en polvo y la prórroga del veto ruso a los productos lácteos europeos que han propiciado un fuerte desequilibrio entre la oferta y demanda de leche. En un mercado lácteo cada vez más globalizado, esta coyuntura internacional también ha tenido su reflejo en territorio barbanzano y ha provocado que muchas granjas se encuentren en una situación desesperada debido a la nula rentabilidad que consiguen con su actividad diaria.
Media de endeudamiento
La falta de ingresos ha disparado el nivel de endeudamiento de las explotaciones barbanzanas hasta el punto de que, desde varias organizaciones profesionales agrarias, la cuantifican en más de 70.000 euros de media. La morosidad ha aumentado más de un 40% y esta se ceba, principalmente, con comerciales veterinarias, fábricas de piensos, talleres de maquinaria y, sobre todo, con empresas de servicios agrarios de las que dependen para la realización de la mayoría de trabajos de siembra o recogida de cosechas.
«O gandeiro adoita ser bo pagador o que pasa é que agora están pasando unha situación delicada que afecta a moitos dos que vivimos indirectamente da súa actividade. De todos xeitos eu máis que de morosidade falaría de aprazamento dos pagos porque a maioría van pagando a medida que van tendo liquidez», apunta el responsable de una empresa de servicios de Mazaricos que reconoce tener pendientes de cobro más de 100.000 de trabajos realizados el ejercicio pasado.
«Temos todas as de perder ante países como Francia ou Alemaña»
Óscar Blanco, presidente de Gandeiros de Mazaricos
Para Óscar Blanco, presidente de Gandeiros de Mazaricos, la supresión de las cuotas resultó nefasta para la comarca y sus consecuencias eran «totalmente previsibles e advertidas por parte dos productores» se seguirán sufriendo durante varios ejercicios más. «Despois de 30 anos sometidos a un control estrito da produción, baixo ameazas de fortes multas si te excedías do cota, pasamos a un sistema de liberdade total onde cada país pode producir o que quere e onde, claro está, temos todas as de perder ante países como Francia ou Alemaña, que teñen unha política moito máis proteccionista por parte dos seus gobernos», reconoce este ganadero al tiempo que señala que lo único que está salvando al sector de su desaparición definitiva es el elevado grado de profesionalización de los productores: «Levan 5 ou 6 anos falando da desaparición das cotas e agora vese que os únicos que fixemos os deberes fomos os produtores, porque a industria apenas investiu en modernizarse e ser competitiva».