Alumnos de Ribeira y usuarios de Amicos erradicaron especies invasoras
06 may 2022 . Actualizado a las 21:28 h.Estudiantes de los colegios de Palmeira, Olveira y Artes e integrantes de la asociación Amicos unieron fuerzas ayer para devolverle al parque natural de Corrubedo parte de la esencia que le arrebató el fatídico incendio de agosto del 2016. La mayoría de los pinos existentes fueron pasto de las llamas.
En total, más de 130 integrantes formaron esta comitiva, auspiciada por el programa Voz Natura. Los jóvenes, equipados con guantes y bolsas de basura, desbrozaron una de las parcelas afectadas en su día por el fuego. Este terreno de la Comunidad de Montes de Carreira, próximo al Centro de Recepción de Visitantes, se encuentra en pleno proceso de regeneración.
El objetivo fundamental se basó en retirar dos plantas invasoras: la coniza y la falsa hierba de San Juan. Estas especies cuentan con una fuerte capacidad expansiva que merma la reproducción de ejemplares autóctonos. Miguel Caracuel, técnico del servicio de parques naturales, explicó con detalle la tarea encomendada. «¿Y cómo sabremos dónde están?», preguntó uno de los jóvenes. El técnico mostró dos ejemplares de las plantas invasoras. Los alumnos se apresuraron a olerlas, tocarlas y guardarlas en su retina. Ya estaban listos para ponerse manos a la obra, pero antes debían tener en cuenta una advertencia: «É importante meter as plantas nas bolsas, se se deixan por aí volverán nacer porque son moi potentes», aconsejó Caracuel.
Dos centenares de manos se pusieron al servicio del parque natural. Una minuciosa labor que se saldó con 25 bolsas, con un peso total superior a 100 kilos, y que sirven para favorecer el renacer de carballos, alcornoques o pinos. Miguel estima que la parcela recobrará su aspecto previo al incendio dentro de una década.
Estos trabajos se llevan a cabo gracias a Voz Natura, un programa de La Voz de Galicia desarrollado por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre que cuenta con el patrocinio de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, la Diputación de A Coruña, la Fundación Alcoa, El Corte Inglés y la Fundación Ramón Areces.
«Contribuimos a tener un planeta mejor»
Los jóvenes barbanzanos son cada vez más conscientes de la vital importancia de cuidar y preservar el medio ambiente. Nicolás Gómez, Rubén Muñiz y Nerea Miguel son tres alumnos del CEIP de Olveira que, junto a sus compañeros, pasaron la mañana de ayer en pleno parque natural de Corrubedo. Este intrépido trío tenía todo listo para desbrozar la zona de varias especies invasoras: guantes, gorra y, sobre todo, mucha ilusión. «Me encanta este lugar, he venido a pasear varias veces con mis padres», afirmó Nicolás. En cambio, Rubén veía por primera vez este singular paraje barbanzano y reconocía que había «quedado impresionado».
Nerea mostró orgullosa una de las bolsas llenas de falsas hierbas de San Juan y de conizas. «Esta actividad es muy divertida. Contribuimos a tener un planeta mejor», señaló la alumna de la parroquia ribeirense, sabedora de que «estas especies invasoras vienen de muy lejos y son perjudiciales para los árboles y plantas autóctonas». Rubén coincide con ella y apunta que su labor, además de «muy entretenida», supone un impulso más para «recuperar las especies originales de esta zona». Nicolás también aprendió que la proliferación de ejemplares invasores provocan «que cambie el paisaje y que desaparezcan las especies autóctonas». Su esfuerzo, tal como advierte Rubén, sirve para que «las nuevas generaciones también puedan conocer el parque natural».
Nerea mostró orgullosa una de las bolsas llenas de falsas hierbas de San Juan y de conizas. «Esta actividad es muy divertida. Contribuimos a tener un planeta mejor», señaló la alumna de la parroquia ribeirense, sabedora de que «estas especies invasoras vienen de muy lejos y son perjudiciales para los árboles y plantas autóctonas». Rubén coincide con ella y apunta que su labor, además de «muy entretenida», supone un impulso más para «recuperar las especies originales de esta zona». Nicolás también aprendió que la proliferación de ejemplares invasores provocan «que cambie el paisaje y que desaparezcan las especies autóctonas». Su esfuerzo, tal como advierte Rubén, sirve para que «las nuevas generaciones también puedan conocer el parque natural».