«Houbo moita máis xente que antes do covid», destacaron desde la organización tras recibir a centenares de personas durante todo el día
08 may 2022 . Actualizado a las 19:49 h.Nosa señora de Belén, la conocida comúnmente como la santa de Moldes, llevaba dos años sin ver a tanta gente a su alrededor. Pero este domingo, la romería que lleva su nombre congregó a centenares de personas llegadas de todos los puntos de la comarca. A lo largo de la jornada hubo tiempo para todo, fuese liturgia religiosa, música tradicional, moderna, o también para que los amantes de la hípica y del buen comer disfrutasen de los corceles y de un buen ágape. Todo ello, clave en una fiesta que se precie, no faltó en una celebración que fue un éxito y que sale reforzada tras la pandemia. Así lo reconocieron desde la organización, que admitieron que «había anos que non se vía tanta xente, máis que antes do coronavirus. Tiñan ganas de romaría».
Después de que las bombas de palenque dieran la bienvenida a la jornada, decenas de personas comenzaron a pasarse por el altar de Moldes, ubicado a los pies de A Curota. Lo hicieron a pie, en coche, pero también a caballo. Los amantes de la hípica de Ribeira, A Pobra, Boiro y Porto do Son se dejaron ver en una fiesta que, desde que se recuerda, siempre ha tenido al equino en su centro. Eso lo aprovecharon muchos padres, que quisieron fotografiar a sus hijos a lomos de los corceles, mientras los jinetes aprovechaban para charlar con sus homólogos de la zona.
«Estando bo día sempre se vende», destacó uno de los tenderos que vendieron una buena remesa de rosquillas, melindres y todo lo que tenía a mano. El sol, que coronó la jornada, ayudó a que nadie pusiera mala cara. Quizás alguno al que la subida a pie se le hizo más complicada de lo que esperaba, pero no hubo problema: a la hora de comer no faltó quien se acercó a la carpa de la Pulpería García para disfrutar de un pedazo de empanada, unas tiras de churrasco o una ración de cefalópodo.
La comida
A lo largo de la jornada, fueron decenas las familias que emprendieron el camino al altar de la santa para comer a los pies de la Curota. No faltó el que aprovechó la sesión vermú para dejarse llevar por los acordes y la voz de Mar Davila y su trío.
«Facía dous anos que non se celebraba e a xente ten ganas de volver a celebrar», explicó una de los voluntarias de la organización, que lamentó que su hermana, que llevaba medio siglo celebrando la romería de Moldes, no pudiera subir en esta ocasión. Tras la misa, cantada por la Coral Abrente, los presentes se acercaron al cruceiro para rendirle homenaje a Nosa Señora de Belén, que rodeada decenas de velas, pudo volver a ver a la gente que la peregrinan cada año.