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Su obra «El ángel protector» dará la bienvenida a los visitantes desde hoy
22 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.«Multidisciplinar y multitemática». Así se autodefine Carlota Cuesta, la escultora encargada de realizar la obra que a partir de hoy dará la bienvenida a Corme a todos los barcos y visitantes. A las 12.00 será inaugurado en el puerto su Ángel protector, donado por la artista y por la Fundación Torre-Pujales como homenaje a la Cruz Roja.
-¿Qué corrientes impregnan sus esculturas y qué materiales utiliza?
-Podría decir que soy individualista. Hoy en día cada artista va a su aire, innova y juega con los materiales a su gusto, aunque es inevitable tener influencias, y las mías quizá obedecen a las vanguardias históricas rusas. Además, es importante el entorno; las esculturas que hago en la Costa da Morte no las hago en Madrid y viceversa. En cuanto a los materiales, uso todos excepto la piedra porque es necesario un conocimiento en cantería que no tengo. Me gusta experimentar en la línea de Picasso, fijándome más en lo creativo e imaginativo que en la técnica. Investigo todo tipo de materiales, desde alquitrán hasta conchas o arena de la playa.
-¿Qué encuentra en la Costa da Morte para inspirarse?
-Todo. Se trata de un lugar mágico donde se conservan las leyendas más tradicionales junto con paganismos lúdicos. Estas corrientes se encuentran culturalmente renovadas, y en la zona se puede encontrar gente con una luz diferente y con mucha capacidad de creación.
-¿Qué trata de transmitir con su obra «El ángel protector»?
-Yo quería hacer algo grandioso y con sentido del humor. Nueva York, con su museo de arte contemporáneo, es la capital del arte, y los barcos son recibidos por la Estatua de la Libertad, y nosotros queríamos hacer algo similar con Corme y convertirlo en el pueblo del arte. La fundación, además, aspira a que Corme se llene de esculturas, pero no contamos con las subvenciones y ayudas necesarias. El ángel protector está pensado para saludar y despedir, para que Corme tenga su puerta con su emblema. Además, en color rojo, el color de la vida, y con esa cruz en honor a la Cruz Roja , que siempre nos protege, ya durante las guerras mundiales y que, como el arte, no atiende a ningún partido político, sino que se trata de un idioma universal. En definitiva, es una escultura pensada para recibir y despedir, pero con un toque humorístico, con los ojitos que tiene.
-¿Qué la vincula con Corme y con la Fundación Torre-Pujales?
-Soy patrona de la fundación, pero ya antes me había comprado un piso en Corme. Yo quería una casa en Galicia, y entonces llegué a Corme y me sedujo. La vida aquí lleva otro ritmo, los vecinos se conocen y tienen confianza. Además, el paisaje cambiante ofrece muchas posibilidades para la pintura y cuando vienen artistas amigos míos aquí les encanta. Esto es bueno y atrae a muchos artistas al pueblo.
-¿Cómo definiría el papel que desarrolla la fundación?
-Me parece una utopía maravillosa, se trata de realizar un museo contemporáneo en un lugar diferente. Esto cambia el entorno, lo embellece... Los niños pasan por allí y entran en el museo como en un parque, con libertad absoluta y eso en Madrid no lo hay. Esto va tener un futuro artístico en el pueblo.
-Y este verano ha realizado visitas guiadas por el museo.
-Sí, es una iniciativa para que la gente se interese por el arte, que pregunte al artista y lo comprenda. Yo he tratado de enseñar a apreciar las pequeñas cosas de forma sencilla, sin agobios, para disfrutar de la visita, enseñar la pintura y demostrar que acudir a un museo también es gratificante.
carlota cuesta escultora