El vandalismo borra el rastro de Purito en la ascensión a O Ézaro

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Solo una de las placas colocadas por el Concello resiste en la subida al mirador de O Ézaro.
Solo una de las placas colocadas por el Concello resiste en la subida al mirador de O Ézaro. alvela< / span>

Las placas con los tiempos y el desnivel fueron arrancadas ya dos veces

05 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Era una idea original para recordar un acontecimiento histórico como fue la llegada por primera vez de la Vuelta Ciclista a España al Mirador de O Ézaro. El Concello de Dumbría jalonó las rampas infernales de la ascensión con hitos, en forma de bloques cuadrados de granito que llevaban pegadas dos leyendas. En una se marcaba la pendiente en ese punto exacto y, en otra, el tiempo invertido por Joaquim Purito Rodríguez desde que empezó a escalar al pie de la cascada.

Se trataba de una cuestión anecdótica, pero también útil para los aficionados que quisieran medir sus fuerzas con el ganador de la etapa del 2012, pero como otras muchas cosas en la zona ha quedado convertida en un ejemplo más del vandalismo y la desaprensión que germina tan bien en estas tierras.

Ayer, de todas las láminas que el Concello colocó pegadas a la piedra, quedaba una, la que señala el 16 % de desnivel en un punto ya muy próximo al mirador. Todas las demás han desaparecido y, en su lugar, queda el rastro de cola que, en vista del resultado, no ha cumplido su función frente a quienes decidieron llevarse de O Ézaro, un suvenir muy atractivo, pero, claro está, una pieza pensada para algo más que ser lucida en un entorno particular.

Al día siguiente de colocarlas

No es la primera vez que desaparecen las placas. De hecho, al día siguiente de colocarlas, según explican desde el Ayuntamiento, ya se cayeron, probablemente debido a que la instalación se hizo con lluvia, ante la inminente llegada del pelotón y la fijación fue deficiente. Sin embargo, en aquella ocasión se pudieron recuperar y colocar nuevamente. Algo imposible ahora porque no están. Alguien se las ha llevado y será preciso encargar otras para restituirlas, con lo que la siguiente medida pasa por atornillarlas a piedra, aunque eso tampoco supone una garantía absoluta, debido a que, visto lo visto, puede aparecer alguien con la suficiente voluntad y mala fe para pasar el trabajo de desenroscar las tuercas para sacar de nuevo los paneles indicativos.

De ahí que ayer mismo, un testigo de la situación en la que están los hitos bromease acerca de la única solución posible. «O que poden facer e levarllas ao canteiro e que pique a inscripción. Despois se queren que a pinten por enriba, pero seguro que aínda vén algún que colle e leva a pedra», aseguraba con ironía.