De Berna a Jura: el cambio de cantón suizo de Moutier afectará a emigrantes de la Costa da Morte

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

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ABELENDA

En él viven unas veinte familias de la comarca. Así se pronuncian Luis Blanco, de Camariñas, o Xosé Abelenda, de Santa Comba y Coristanco

30 mar 2021 . Actualizado a las 08:43 h.

Todo lo que ocurre en Suiza tiene un efecto directo en la Costa da Morte, por los miles de emigrantes de la zona que residen en este país. Dio que hablar, por ejemplo, la cuestión de la libre circulación con la UE. Así que el cambio de cantón de un municipio (comuna) también afectará a numerosos vecinos.

Ese traslado administrativo afectará a Moutier, una pequeña localidad (20 kilómetros cuadrados, menos de 8.000 habitantes) dependiente del enorme cantón de Berna. El domingo se celebró un referéndum (novena consulta en 71 años, y esta sí parece la definitiva, y bastantes conflictos acumulados) en la que la mayoría de sus vecinos apoyaron cambiar y pasarse al vecino Jura. Hay muchos factores detrás, incluso algunos lejanos como el catolicismo mayoritario de los jurasianos (o jurásicos, como también se les llama, por la cordillera nacida en ese período que se extiende hacia Francia), al idioma (francés frente al alemán) y numerosos aspectos históricos e identitarios. Ganó el sí al cambio, pero la integración llevará su tiempo, un máximo de cinco años.

En Moutier viven cerca de veinte familias de la Costa da Morte. Luis Blanco, de Camariñas, lleva ya 40 años. Si no es el más veterano, es de los que más. Presidente la Asociación de Trabajadores Españoles en Suiza (ATTES), mítica entidad con sede en Delémont, capital del Jura, a solo 13 kilómetros. La relación entre ambos puntos es diaria e intensa, personal y laboral, de cientos de personas. Pero Luis, que tiene a dos hijas en Jura, preferiría seguir en Berna. Cree que el cambio no tiene sentido, que económicamente les perjudicará, con seguros médicos más caros, y también otros impuestos, como los de matriculación de coches. «Economicamente vai ser peor, e ademais o Jura ten menos forza que Berna», explica. Asegura que ha hablado con otros emigrantes (era el tema principal) y todos opinan lo mismo, «que non facía falta cambiar nada».

Xosé Abelenda, con vínculos en Santa Comba y Coristanco, inspector sindical que trabajó en el Jura y fue portavoz en Suiza del BNG, opina lo contrario: será un cambio positivo para los emigrantes. Hizo campaña a favor de la nueva integración («por solidariedade internacionalista», explica), y el domingo fue uno de los participantes en la multitudinaria concentración de júbilo de los partidarios del sí, los ganadores. Curiosamente, los del no estaban reunidos al lado de la casa de Blanco.

Los residentes podrán votar en las municipales y en las cantonales

El cambio efectivo aún tardará, pero los vecinos de Moutier ya saben lo que les espera. Y los emigrantes (también los hay andaluces, pocos, y portugueses, bastantes), también. Por ejemplo, podrán votar en las elecciones municipales y cantonales, cosa que en Berna no pueden. Tendrán la capital del cantón, Delémont (una pequeña Costa da Morte), al lado, a 13 kilómetros, frente a los 76 que hay a Berna. El idioma común para todo será el francés. Los seguros médicos sí serán más caros.

La irrelevancia actual de Moutier en Berna pasará a ser un municipio de peso en Jura, el segundo del cantón. Las asignaciones familiares por hijo (en Suiza no son pequeñas), serán aún mayores. Las iniciativas o referendos deberán tener un mínimo de dos mil firmas, frente a las 10.000 o 30.000 (según el caso) que exige Berna. Y muchos aspectos más a los que habrá que adaptarse.