Es la segunda victoria del Lugo tras la llegada del tunecino, que ha cambiado radicalmente la actitud del equipo
21 oct 2020 . Actualizado a las 21:15 h.El nuevo Lugo de Mehdi Nafti ya carbura y sigue impresionando a propios y extraños tras dos victorias consecutivas. La de ayer, especialmente esperanzadora dado el gran juego que exhibieron los lucenses. Victoria 3-0 y ya son nueve puntos en la clasificación general.
Los locales arrancaron el partido respetando a uno de los cocos de la categoría, el Girona. Su plantilla —potenciada por el acuerdo de colaboración que mantienen con el Manchester City—, historia, reputación y aspiraciones acreditan que no son un club que peleará por los mismos objetivos que los locales. Aún así, el 4-2-3-1 con el que salieron los lucenses parecía funcionar en los primeros compases del partido, ya que el centro del campo del Girona no estaba cómodo y la fluidez entre las zonas de ataque brillaba por su ausencia. Además, el Lugo volvía a encomendarse a las cabalgadas de Gerard Valentín por la derecha para comenzar a amenazar la portería del exalbivermello Juan Carlos, como llevan haciendo desde que el catalán se incorporó a la plantilla.
La primera media hora del partido giró alrededor de la capacidad que tenían los catalanes para buscar los hueco en la rocosa defensa de los lucenses, y buscando la velocidad de Bárcenas y Saiz por las bandas para desbordar, y el Lugo aprovechando las pérdidas en transición de los pupilos de Francisco para lanzar un contraataque de la mano de Herrera, que cuajó un gran primer tiempo, y sus extremos.
Se le puso el partido cuesta abajo al Lugo en la última jugada de la primera mitad. Tras haber vivido una pesadilla con las tarjetas rojas en el partido ante el Mallorca, esta vez fue un jugador visitante quien salió expulsado del terreno de juego por una temeridad. Antonio Luna, lateral izquierdo de los amarillos, derribó a Gerard Valentín en un contraataque de los franjirrojos de una forma violentísima, con los tacos por delante, y alcanzando el tobillo del catalán en una acción de la que a buen seguro se sintió avergonzado tras verla por televisión.
Lo notaron los catalanes en la segunda parte. No tardaron en hacerlo, de hecho. Tras un córner que no fructificó, Diego Alende puso un centro medido a la cabeza de Federico Venâncio a pocos metros de la portería. El central portugués conectó un gran remate que obligó a Juan Carlos a realizar una parada extraordinaria. Sin embargo, el guardameta no pudo hacer más y dejó un rechace que Xavi Torres envió dentro de la portería con pierna derecha. En el momento exacto, el Lugo se adelantó en el marcador, y dejó al Girona en la lona con la sensación de que, a veces, después de la tormenta no llega la calma.
Y es que, en ese momento, el Girona tuvo que empezar a arriesgar. Con un jugador menos, por debajo en el marcador y ante un Lugo desatado, el desenlace se veía venir. Poco después, en el minuto 66, Cristian Herrera le puso un gran balón interior en carrera a Hugo Rama. El santiagués se encontró algo solo y sin ángulo, así que optó por amagar con el centro a un compañero que no existía y probó a buscar el mínimo hueco que había entre las piernas del guardameta visitante. No podría haber salido mejor. La pelota se introdujo en la portería y el Lugo respiró aliviado tras ponerse 2-0 en el marcador.
Cayó el tercero casi con la misma facilidad, tras otra gran jugada individual de Hugo Rama, cuyo disparo terminó en los pies del recién incorporado Chris Ramos, quien ajustó la pelota al palo corto y abultó un resultado que evidenciaba la superioridad de los de Nafti. Era la noche del Club Deportivo Lugo y todo el mundo lo sabía. Próximo partido, el sábado a las 18:15, ante el Logroñés.