El túnel del Sol y Mar: cuatro carriles y casi 8 metros de alto

David García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Las obras cumplen un año y le quedan otros dos por delante tras los retrasos de los primeros meses. En la actualidad, se centran en las pantallas de pilotes

17 jun 2024 . Actualizado a las 19:19 h.

Los atascos kilométricos en el cruce del Sol y Mar de la localidad oleirense de Perillo llevan años siendo un quebradero de cabeza para los coruñeses y los residentes en el área metropolitana más allá del puente de A Pasaxe. El 2 de junio del año pasado empezaron las obras para eliminar este lugar de la lista de los mayores embudos para el tráfico en la comarca coruñesa. Una glorieta elevada y un paso subterráneo son las señas de identidad de la solución del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para que la circulación fluya y las colas interminables sean cuestión del pasado. 

El Proyecto

9,8 millones de euros. Hace doce meses se hicieron las primeras tareas de un proyecto con un presupuesto de 9,8 millones de euros y con el que se prevé solucionar una demanda que el Concello de Oleiros comenzó a realizar hace casi dos decenios. Los trabajos comprenden una zona de unos 600 metros de la AC-12 (tramo de la N-VI) por los que el ministerio estima que a diario circulan más de 50.000 vehículos. 

PLAZOS

34 meses. El proyecto indica que el plazo de ejecución es de 34 meses y la obra comenzó hace un año, por lo que el final se situaría en marzo del 2024. Sin embargo, nada más empezar ya hubo un parón, entre el 23 de junio y el 12 de julio, cuando el ministerio paralizó sus trabajos a la espera de que el Concello de Oleiros acabase con una actuación en la red de abastecimiento de agua y en el alcantarillado. Además, en abril de este año la obra paró otras dos semanas por la huelga de transportes, por lo que ya acumula cierto retraso. 

División de la obra

4 fases de ejecución y otras 4 subfases El proyecto constructivo se separa en 4 fases y otras tantas subfases, estas para resolver la afección al cruce existente. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana indica que «los trabajos realizados hasta ahora han consistido en la realización de la campaña geotécnica y la reposición de los múltiples servicios afectados», que coinciden con la fase 0. Completada esta etapa, las obras están actualmente centradas en «la ejecución de la pantalla de pilotes de la margen izquierda de la carretera (la más alejada de la ría)» y una vez que se finalice, se acometerá la del lado derecho. Una vez que se acabe con esta parte, se procederá con «la excavación de las tierras, ejecución de la losa y acabados», que corresponde con la última fase, pero antes se acometerán las subfases para construir la losa de cubierta de los ramales de la superficie. 

El túnel

Elemento clave. El paso subterráneo, junto a la glorieta elevada, está destinado a solventar los recurrentes problemas de circulación que sufre este punto y también aumentará la seguridad para peatones y conductores. En el lado más cercano a A Pasaxe, la depresión comenzará en un punto intermedio entre las intersecciones con las calles de As Garridas y Marisqueira. Mientras, el otro extremo se ubicará a la altura de la Rúa dos Álamos. En ambos puntos la carretera se bifurcará y, en paralelo al paso inferior, habrá sendos ramales —uno por sentido — que conectarán con la glorieta que distribuirá el tráfico en la zona. Así, la AC-12 discurrirá por el nivel inferior sin atravesar ningún cruce ni semáforo en este punto. La obra divide la zona de actuación en tres secciones. Una primera, denominada A, en la que los seis carriles, cuatro del subterráneo y dos de los ramales, conviven a la misma altura. En la B, la AC-12 empieza a descender y la C es la central, en la que estarán el punto más bajo del paso inferior y la glorieta en la superficie.

Características

Pendientes de más del 9 %. El paso subterráneo contará con dos carriles en cada sentido y una altura de gálibo que irá desde los 6,6 metros hasta casi 8 — en el túnel de la Marina y O Parrote es de 5 metros y en el ramal de María Pita de 3,2 —. Los cuatro carriles y la mediana de hormigón que separará ambos sentidos de la marcha ocuparán un ancho de 14,5 metros. La pendiente máxima que alcanzará el subterráneo en el lado más cercano a A Coruña será del 9,02 %, mientras que en el otro lado llegará al 9,71 %. Las paredes laterales del paso estarán formadas por pantallas de pilotes secantes de hormigón armado que también servirán para sostener los ramales de la superficie. Mientras, bajo la calzada del túnel habrá tres capas, una primera de hormigón de regularización, otra de grava de impermeabilización y una última losa inferior. En total, serán 85 metros soterrados. 

Glorieta

32 metros de diámetro. La glorieta, que permitirá hacer los cambios de sentido y los desvíos, tendrá un diámetro de 32 metros y una isleta central de 13,6 metros. Los cuatro ramales que partirán de este punto tendrán un ancho de 3 metros y las aceras contarán con un mínimo de 1,8. Este último aspecto, junto con la cercanía de las edificaciones, condicionaron el diseño de los anchos de los distintos carriles. Justo antes de llegar a la glorieta, en ambos márgenes del lado más cercano al puente de A Pasaxe, se ubicarán sendas paradas de autobús que sustituirán a las que hay actualmente en la zona y contarán con un espacio reservado para no influir en la circulación. El proyecto también incluye la urbanización de la zona y una parte importante serán los elementos vegetales, de los que el más destacado estará en la isleta central. Pertenecerá a la especie Juniperus y tendrá forma circular. Además, se plantarán otras especies vegetales sobre parte del paso subterráneo y en el entorno. La renovación de aceras y el mobiliario urbano, como bancos, completarán la urbanización de la zona. 

Atascos

Colas en las horas punta. Las colas habituales se vieron alimentadas en estos meses por la coincidencia con la ejecución de las obras, que reducen el espacio y la velocidad de circulación. Los días laborales de 8.00 a 9.00 es la hora crítica junto a los viernes hacia las 15.00 horas, llegando a colapsar también la carretera de Montrove y la Costa da Tapia. Los conductores quedan atrapados en atascos que se tardan en atravesar entre 10 y 20 minutos, por lo general, aunque en ocasiones son más largos.

Encarna Murias, encargada del restaurante Luthier
Encarna Murias, encargada del restaurante Luthier Marcos Míguez

 «Queremos pensar que el esfuerzo valdrá la pena», aseguran los comerciantes

Los problemas de tráfico en el cruce del Sol y Mar y los contratiempos generados por las obras los sufren decenas de miles de conductores que circulan a diario por este punto. Además de ellos, hay quienes conviven con los trabajos como si fuesen un elemento más de su vida por la influencia que tienen en sus negocios o viviendas.

«Las obras influyen muy negativamente, nosotros tuvimos una puerta inhabilitada durante mucho tiempo y eso hace que venga menos gente, con las barreras que hay algunos clientes no pueden venir. Lo mismo les pasa a otros que venían en coche y ahora lo tienen muy difícil porque no pueden parar fácil», explica Laura Fleire, titular de la farmacia que hay justo en una de las esquinas de la calle Areal. Además, este establecimiento sufrió «filtraciones» cuando se estuvo trabajando en las aceras. En un negocio bastante distinto y que está solo unos metros más arriba los trabajos también están teniendo una repercusión negativa. «Se nota muchísimo, antes venía a desayunar mucha gente de Oleiros que va a A Coruña. Ahora tienen que dar mucho rodeo por los cortes de circulación en las calles y súmale los atascos», asegura Encarna Murias, del restaurante Luthier.

Solución apropiada

Los comerciantes saben que les quedan unos cuantos meses por delante para que la zona luzca su aspecto final, que creen que servirá para resolver en gran medida los problemas de tráfico. «Queremos pensar que el esfuerzo valdrá la pena. Después de todo el tiempo que vamos a estar con las obras y de la pandemia, parece que la solución puede ser la apropiada», señala Murias.

Mientras, Laura Fleire se expresa en una línea parecida y cree que la construcción de una glorieta elevada y el paso subterráneo «va a ser una buena inversión y una solución».

Laura Fleire, titular de la farmacia Areal
Laura Fleire, titular de la farmacia Areal Marcos Míguez

Vecinos y conductores

Convivir con una obra de esta magnitud y que tiene un plazo de ejecución que se acerca a los tres años no es sencillo. Más allá de los inconvenientes derivados de que haya menos espacio para caminar y que las vallas aparezcan en cualquier dirección hacia la que se mire, hay otras cuestiones que complican el día a día de los residentes en el cruce del Sol y Mar.

«El ruido se lleva fatal», asegura Rosa, una mujer que vive en uno de los portales que tienen la obra a escasos pasos de distancia. A ella y a Jesús Losada, otro vecino de la zona, también les intranquiliza que se alarguen los trabajos. «La solución que eligieron parece la mejor, pero ahora lo que preocupa es que se cumplan los plazos, a ver si hasta los acortan», explica Losada, quien también lamenta «el mucho tiempo que estuvo cerrada la calle Areal sin que se estuviese haciendo nada». En este sentido, José Luis Calviño apunta que «se podría trabajar también de noche para acabar antes». «Con la Vía Ártabra sería menos problema», explica este vecino, quien destaca «el ruido que hacen las máquinas y el gasto en gasolina y tiempo por las vueltas que hay que dar». Mientras, los conductores que pasan por este punto se arman de la mejor manera. «Paciencia», resume Carlos Loureiro como el método para asumir las colas que se forman a determinadas horas, un problema que algunos como Miguel Añón tratan de evitar: «Por la mañana salgo un poco antes y suele funcionar».