José Antonio Pinto, médico adjunto del servicio de reumatología del Chuac: «El tratamiento biológico de la artritis psoriásica tiene resultados increíbles»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

José Antonio Pinto
José Antonio Pinto PACO RODRÍGUEZ

El especialista participará este martes en el ciclo Charlas Saludables en Afundación

13 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La artritis psoriásica es una enfermedad de las articulaciones que pueden llegar a desarrollar entre el 20 y el 25 % de los pacientes que padecen psoriasis en la piel. Una derivación de esta dolencia que puede llegar a ser altamente incapacitante y de la que no siempre se tiene demasiada información: «La psoriasis sabe todo el mundo, más o menos, lo que es; pero lo de la artritis es algo más complejo», advierte el doctor José Antonio Pinto, médico adjunto del servicio de reumatología del Chuac, que será el encargado de dar una conferencia sobre este tema este martes, a las 20.00 horas, en el auditorio de la sede de Afundación, en el Cantón Grande. Será en el marco del ciclo de Charlas Saludables que organiza la Gerencia del área sanitaria de A Coruña y Cee con La Voz de Galicia.

—¿Todas las psoriasis acaban produciendo artritis?

—No. Hay tipos específicos que tienen más facilidad o tendencia a desarrollar una artritis. Por ejemplo aquellos que tienen psoriasis en el cuero cabelludo, en el ombligo, entre las nalgas, o que tienen afectación de las uñas.

—¿Cómo llega una afectación que en un principio relacionamos con la piel a derivar en un problema de las articulaciones?

—Ahí está lo interesante del asunto. Hay un nexo en cómo se desarrollan ambas. Hay que tener en cuenta que se habla de enfermedad psoriásica, es decir, que no se considera que está la psoriasis por un lado y la artritis por otro. Es todo una base fisiopatológica común. Y ahí tienen mucho que ver el sistema inmunológico y las barreras de defensas del cuerpo, que son principalmente la piel, pero también el intestino. Y finalmente las articulaciones terminan compartiendo este sistema alterado de la inmunología. De modo que lo que provoca la inflamación en piel y articulaciones es común a ambas.

—¿Qué motiva la aparición de la psoriasis?

—Se desconoce la causa concreta que la dispara, pero hay múltiples factores identificados. Para empezar el genético. Aunque a veces este no se localice, ya que el padre o la madre del paciente podía tener una lesión pequeñita que no se llegase a identificar como psoriasis, aunque lo fuese. Pero el condicionante genético es clave. Y luego se han estudiado infecciones de todo tipo, víricas, bacterianas, así como factores ambientales como puede ser lo que comemos, dietas grasas, el consumo de determinados medicamentos o determinadas sustancias del ambiente, aunque la verdad es que nunca se ha podido concretar realmente la conexión directa de estas con el desarrollo de la psoriasis. Y por último, el estrés, tanto el físico como el psíquico, están íntimamente relacionados con la aparición inicial de la psoriasis. Pero siempre en un contexto genético propicio.

—¿Está en nuestra mano prevenirla?

—Contra la parte genética nada se puede hacer. Y la parte que sí podríamos modificar pasa por llevar un estilo de vida saludable, con ejercicio y con niveles de estrés bajos, aunque sé que esto es muy complicado hoy en día.

—Y una vez desarrollada la psoriasis, ¿puede hacerse algo para evitar que termine afectando a las articulaciones?

—Hoy por hoy no hay nada que le podamos decir a un paciente que si lo hace o lo toma se le va a frenar la aparición de una artritis, más allá de tratar y frenar la propia psoriasis que la origina.

—¿Tiene cura o tratamiento?

—La psoriasis no tiene cura, pero los tratamientos que manejamos actualmente son enormemente efectivos. Pacientes que vienen llenos de psoriasis de pies a cabeza, en un porcentaje muy alto, terminan con la piel totalmente limpia. Pero la enfermedad no desaparece, es decir, si se suspendiera el tratamiento, la enfermedad volvería a aparecer tarde o temprano. Es una enfermedad crónica. Para casos con no mucha afectación basta con tratamientos tópicos, que se puede completar con fototerapia en algunos momentos. Y cuando eso no es suficiente es cuando se pasa a tratamientos sistémicos, bien orales o inyectados. Y las nuevas barreras son los tratamientos químicos, antes de pasar a una segunda fase con tratamientos biológicos, que bloquean puntos muy concretos del sistema inmune que provocan la inflamación articular. Sus resultados son increíbles, tanto a nivel cutáneo como articular.

«Un diagnóstico temprano es fundamental para evitar que llegue a ser incapacitante»

El ejercicio físico es básico para las articulaciones, pero, ¿qué pasa cuando estas empiezan a presentar molestias? ¿Es mejor darles reposo? «El ejercicio practicado de forma regular es muy conveniente para la artritis, siempre que no sea algo excesivo, como los movimientos repetitivos que implican ciertos trabajos. El estrés mecánico está muy relacionado con la aparición de inflamación», explica el doctor Pinto.

—¿A qué articulaciones suele afectar la artritis psoriásica?

—Puede afectar a cualquier articulación del cuerpo. Pero hay varios patrones. Los más frecuentes de inicio suelen afectar a pocas articulaciones y de forma asimétrica, pero al final todos suelen converger en la afectación de múltiples articulaciones y de forma simétrica, es decir, en las dos manos, en las rodillas, en los pies... Y también hay un patrón que afecta especialmente a la columna. Pero estos patrones pueden mezclarse.

—¿Puede llegar a ser incapacitante?

—Totalmente. Por suerte, con los tratamientos biológicos eso es cada vez menos frecuente, pero todavía seguimos viendo casos de pacientes que con la evolución de la enfermedad y sin un tratamiento adecuado, termina con importantes deformidades articulares y con una discapacidad.

—¿Qué se puede hacer para evitar llegar a ese punto?

—Es fundamental que los pacientes que tengan una mínima sospecha de que pueda haber una psoriasis acudan inmediatamente a su médico para poder así abordarla lo antes posible. El diagnóstico temprano es fundamental. Los pacientes con artritis que están más tiempo sin diagnosticar y sin el correspondiente tratamiento desarrollan más deformidades y más incapacidad.