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¿Qué restricciones implican las señales de ZBE en A Coruña?

David García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

Los indicadores de Zonas de Bajas Emisiones generan dudas entre los conductores

14 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los conductores de A Coruña se encuentran desde hace meses con numerosas señales, paneles y cámaras que ofrecen diferentes informaciones y mensajes y que están todos englobados dentro de una misma idea: las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Por el momento, el Ayuntamiento lleva instaladas 59 cámaras y 97 paneles.

Las señales y pantallas que incluyen estas tres letras generan confusión a muchos de las que se las encuentran mientras están circulando, tanto a los coruñeses como a los que vienen de fuera. Además, en muchas de ellas se incluye el mensaje «Zona videovixilada», lo que provoca mayores temores a una multa. Están repartidas por toda el área que engloba desde la ronda de Outeiro hacia la parte más interna de la ciudad ¿Significan estas advertencias que no puedo entrar con mi coche en las zonas en las que hay este tipo de indicadores?

La implantación de estos elementos y otros relacionados, entre los que se encuentran equipos de medición de la calidad del aire o de contaminación acústica, responde a la entrada en vigor de la Ley del Cambio Climático y la Transición Energética, que busca la transformación hacia un modelo de movilidad más sostenible en las ciudades.

La Marina y Ciudad Vieja

A diferencia de lo que ocurre en otras urbes, en A Coruña no hay limitaciones a la circulación según las etiquetas medioambientales de Tráfico que llevan algunos automóviles o si se carece de ella. La ciudad cuenta actualmente con dos zonas en las que existe una restricción a la circulación de determinados automóviles, aunque esto no depende de la antigüedad del vehículo o la etiqueta medioambiental que lleve, si es que la tiene. Se trata de la Marina y la Ciudad Vieja, y la previsión es que esto no varíe, según apuntan fuentes municipales. De hecho, ya se realizaba la distinción antes de la entrada en vigor de la ley.

En el primero de estos casos solo puede acceder el transporte público, los residentes y, en determinados horarios, los vehículos que realizan tareas de carga y descarga. Estos últimos también pueden entrar en el casco histórico hasta las 11 de la mañana, mientras que no existe ninguna restricción horaria para los residentes, que cuentan con autorización para ello. Existen 11 cámaras en distintos puntos por los que se puede entrar y salir en automóvil de la Ciudad Vieja. Estas están equipadas con un sistema que permite detectar la matrícula y enviarla a un centro de datos en el que se comprueba automáticamente si tiene permiso o no. En caso negativo, se empieza a tramitar una sanción. 

También para carga y descarga

Un mecanismo similar es el que emplean otras ocho cámaras colocadas en otras tantas zonas de carga y descarga, ayudando a discernir si los vehículos que las utilizan están autorizados para ello, ya que el uso incorrecto de estos puntos afecta a las tareas de repartidores, distribuidores y comerciantes.

La Marina, la ronda de Outeiro o Juan Flórez son otras calles en las que se instalaron algunas de las 59 cámaras que se incorporaron a la red viaria Estas están equipadas con un sistema para conteo y discriminación de automóviles, bicicletas, vehículos de movilidad personal y peatones. Son una herramienta de gran valor para que los servicios municipales tengan un mayor conocimiento sobre la movilidad en la ciudad. Todos los datos captados por las cámaras son tratados posteriormente con diferentes equipos de software, que ayudan a clasificar y obtener mejores resultados. Otra de las mejoras es en la sala de pantallas del 092, que ya renovó sus equipos.

Nuevos radares pedagógicos para realizar estudios, pero que no multan

Las cámaras, señales y pantallas no son los únicos elementos que se instalaron en los últimos años en la ciudad con el objetivo de tener un mayor conocimiento y control de los vehículos que circulan a diario.

Otro de los sistemas que se incorporó fue el de radares, entre los que se colocaron 10 con carácter pedagógico. Siete de ellos están en entornos de centros educativos en los que el límite de velocidad es de 30 kilómetros por hora, mientras que los otros tres están en las avenidas de Alfonso Molina, Pedro Barrié de la Maza y La Habana.

Estos cinemómetros no se utilizan para multar, pero controlan la velocidad a la que pasan los automóviles. Los estudios del Ayuntamiento constataron que el 40 % de los conductores sobrepasaban los límites, llegando en algunos casos a velocidades de 122 kilómetros por hora en puntos con limitación de 50 —Alfonso Molina—, o de 94 en lugares con un máximo permitido de 30, como en Juan Flórez, a la altura del colegio Labaca. 

Siete carcasas

Estos radares no fueron los únicos que se sumaron a otros que ya existían en la ciudad y en el verano del 2023 se instalaron siete carcasas entre las que van rotando dos cinemómetros.

Estos equipos se utilizan para recabar datos sobre velocidades y no se llegaron a activar como elementos sancionadores. El gobierno local escudó esta decisión en que los registros que se manejaban se encontraban dentro de unos porcentajes de incumplimiento que, en caso de empeorar, sí provocarían la activación de estos radares para empezar a emitir multas.