Briznas, tejiendo lana con amor en Fernández Latorre

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En la mesa de trabajo de la tienda de lanas de Carmen Borrallo se tejen muchas prendas de punto, y también grandes amistades unidas por la calceta

09 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Briznas cumplirá seis años en agosto. «Me alegro de haber aguantado», confiesa Carmen Borrallo, la propietaria de Briznas, una tienda de lanas con mucho encanto en el número 13 de la avenida más parisina de A Coruña: Fernández Latorre. Cambió la contabilidad por las agujas: «Conocí un grupo de tejedoras con el que quedaba para tejer. Y ahí surgió la idea. Mi marido y mis hijas me echaron para adelante… ¡Y hasta hoy!». Carmen se para con sus clientas: les ayuda a encontrar el ovillo que buscan de entre las muchísimas variedades que se esconden por la preciosa tienda. Hay plantas, muebles antiguos y hasta un moodboard de inspiración con recortes de revistas y lanas que le prepara una de sus hijas.

Al fondo de la tienda, espera el núcleo central de Briznas: la mesa de trabajo. Ahí es donde imparte Carmen los cursos de calceta y ganchillo, donde se forjan amistades a través de las agujas: «Tengo alumnas que llevan conmigo desde el principio. Cada grupo es diferente y especial, en algunos no paran de hablar y en otros están súper concentradas. Al final se echan de menos unas a otras si falta alguna». Entre las alumnas hay abuelas que disfrutan calcetando para sus nietos o chicas que quieren hacerse prendas para ellas. En invierno triunfan las bufandas extralargas, las chaquetas y los jerséis oversize y gorditos o los gorritos de lana. Carmen apunta una tendencia: se lleva el mohair. «Vienen muchas chicas con fotos de Pinterest o Instagram de chaquetas de mohair que a lo mejor les resulta un poco caras comprárselas y deciden hacérsela ellas mismas». Carmen asegura que todo el mundo puede aprender a calcetar desde cero: «Se puede empezar por cosas muy sencillas». En las clases comparten espacio alumnas de todos los niveles: «Las que controlan más ayudan a las que están empezando». En invierno, cuando las previsiones anuncian frío y lluvia para los fines de semana, las fans de la calceta y el ganchillo pasan por Briznas a por provisiones para disfrutar de unos días en casa dándole a las agujas. Desde el escaparate se puede ver cómo Carmen comparte su pasión por las lanas.

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