Lucía Rodríguez, en Timor Oriental: «La primera vez que salí a vivir en el extranjero tenía 15 años»
CORUÑESES
Esta coruñesa de Monte Alto trabaja como comunicadora en un proyecto de Naciones Unidas en uno de los estados más pequeños del mundo
22 nov 2019 . Actualizado a las 13:52 h.Su pasión por viajar es más que evidente. «Residí en Estados Unidos, Chile, Brasil y Portugal. La primera vez que salí a vivir al extranjero tenía 15 años», comenta Lucía Rodríguez, una coruñesa de Monte Alto cuya última aventura la ha llevado a la parte oriental del planeta. Concretamente a Timor Oriental, en el enclave de Oé-Cusse, donde trabaja como comunicadora en un proyecto del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD). «Llevo temas de agricultura, turismo, educación, salud y gobernanza. Estoy aprendiendo cosas que no sabía que ni existían», confiesa.
A sus 23 años encontró esta convocatoria y no lo dudó ni un instante. «La primera reacción de mi familia fue: ¿Timor Oriental? ¿Eso dónde está?», cuenta Rodríguez. No obstante, el apoyo de sus padres es omnipresente. «Consiguen estar ahí aunque yo me vaya muy lejos», destaca. Una distancia que se terminará por Navidad con su regreso a A Coruña: «Es un sitio pequeño y complicado. Ya diseñan los puestos para que sean de corta estancia», relata.
La experiencia le ha permitido a esta periodista y antropóloga especializada en desarrollo internacional sumergirse en un choque de culturas que le ha dejado huella. «A pesar de ser Asia, son católicos y el idioma oficial es el portugués, así que la cultura es un mejunje curioso», señala. Vivir en la antigua colonia portuguesa también le ha otorgado una nueva visión de uno de los episodios más sangrientos que se han presenciado en el siglo XX: la guerra de independencia de Timor Oriental tras el referéndum que el gobierno indonesio realizó el 30 de agosto de 1999, y en el que el 78,5 % votaron a favor de la independencia.
Lo cuentan ya inmunizados pero los extranjeros lloramos al oír lo que ocurrió aquí. Han pasado cosas que marcaron a varias generaciones
El proceso para constituirse como un Estado en 2002 se estima que costó la muerte de 183.000 timorenses. «En agosto cumplió justo 20 años del referéndum. Ellos te lo cuentan ya inmunizados pero los extranjeros lloramos al oír lo que ocurrió aquí. Han pasado cosas que marcaron a varias generaciones. Son gente dura, luchadora y que sigue guiándose con instinto de supervivencia. Algo que a veces es complicado de llevar culturalmente», indica.
Pese al pasado del país, Rodríguez afirma que es «sin duda el lugar más tranquilo» en el que ha vivido. Y es que se trata de uno de los Estados más pequeños del mundo. «Somos muy pocas personas viviendo, así que surgen conflictos (internos y externos), que en otras situaciones no surgirían. Pero también tienes mucho tiempo para reflexionar sobre ello y crecer», cuenta.
Ahora le tocará regresar a casa, pero su cabeza ya medita cuál será su siguiente paso. «Quiero seguir en el campo de desarrollo internacional, enfocándome en migraciones, que es en lo que me he especializado», comenta.
Lo que más echo de menos es la comida. Llevo seis meses a base de arroz, col y tomate
Le encantaría establecerse en Galicia «por su calidad de vida» y que A Coruña será siempre su hogar, pero en su campo «está complicado», lamenta. Y si se habla de calidad de vida, también hay que mencionar la gastronomía autóctona. «Que me perdonen mis padres, pero lo que más echo de menos es la comida. Llevo seis meses a base de arroz, col y tomate», relata. Una situación a la que piensa poner remedio dentro de poco: «¡Lo primero que voy a hacer al llegar a casa será comerme un trozo de empanada y un plato de caldo gallego!».
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