Tres floristerías en menos de 50 metros en el entorno de San Agustín: «Es como antes, cuando estaban todos los gremios juntos»

Y. G.

VIVIR A CORUÑA

Propietarias de las floristerías del entorno de la plaza San Agustín.
Propietarias de las floristerías del entorno de la plaza San Agustín. CESAR QUIAN

La última en llegar ha sido Flores Agustina, que inauguró su tienda el jueves después de un largo proceso de licitación

27 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La plaza de San Agustín sigue su proceso de renovación con la apertura de más negocios en locales exteriores. El último en llegar, el jueves, es Flores Agustina, una nueva floristería que se encuentra a menos de cincuenta metros de dos establecimientos similares, Flora & Co y Votánikals. Una situación que ninguna de las dueñas de los tres negocios ve como un inconveniente, sino como algo positivo.

Paula Roibal, la dueña de Flora & Co, es la veterana de la zona: lleva nueve años en el entorno de la plaza de San Agustín. Tiene claro que las nuevas aperturas no las ve como competencia. «Cuanto más movimiento haya por aquí, mejor», afirma. Además, tiene claro que hay mercado para todos, sobre todo, desde la pandemia. «Creo que la gente, al no poder salir de casa, sentía la necesidad de tener flores en casa. Desde entonces, las ventas han crecido, y las influencers también han ayudado a poner las flores de moda», explica Raquel Vázquez, empleada.

Marina Vergara, de Votánikals, fue la primera adjudicataria de los puestos exteriores de la plaza de San Agustín y comparte una perspectiva similar sobre la convivencia entre floristerías. «Me gustaría que fuera como antes, cuando estaban todos los gremios juntos. Si querías unos zapatos, te ibas a la zona de las zapaterías. Pues lo mismo con las flores: cuanto más, mejor», comenta. Además, explica que ella está especializada en plantas, tanto en venderlas como en ofrecer recomendaciones y venta de productos para su cuidado.

La última en llegar ha sido Olalla Pardo, de Flores Agustina. Abrió su tienda el jueves después de un largo y complicado proceso de licitación. Tenía previsto abrir en mayo de 2022, pero los retrasos y las reformas necesarias para transformar una antigua carnicería en una floristería le hicieron posponer el proyecto.

Olalla confiesa que todavía tiene el miedo en el cuerpo con la reciente apertura, pero tiene una larga trayectoria como florista freelance para eventos y bodas. Sobre la competencia tampoco está preocupada. Coincide con Marina en que los tres puestos ofrecen algo diferente: «Nos llevamos muy bien, no nos consideramos competencia; cada una tiene su propio nicho de mercado».