La gallega que le salvó la vida a Shehab al-Din Zuhair, gazatí: «Lo de ayudar surgió de manera natural. Él ya es como de la familia»

VIVIR A CORUÑA

Patricia Fidalgo, de la asociación Somos Gaza, y Shehab al-Din Zuhair Abed, gazatí de de 28 años.
Patricia Fidalgo, de la asociación Somos Gaza, y Shehab al-Din Zuhair Abed, gazatí de de 28 años. Y.G.

La vecina de A Coruña Patricia Fidalgo, de la asociación Somos Gaza, consiguió el visado de Shehab al-Din Zuhair Abed, de 28 años, que le permitió escapar de la guerra y llegar hasta España. Este jueves da un charla en Árbore (R. López Mora, 30, Vigo)

20 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Patricia Fidalgo lleva una vida tranquila en A Coruña. Es profesora de yoga y vive en el centro de la ciudad, cerca del lugar donde se tomó la foto. Desde que comenzó el conflicto bélico entre Israel y Hamás, ella, como muchos, se conmovió. Pero quiso hacer algo más: participó en la formación de Somos Gaza, una asociación con el objetivo de ayudar a los habitantes de Gaza. Desde el martes, Fidalgo acoge en su casa a Shehab al-Din Zuhair Abed, un gazatí de 28 años. Este jueves, estará en la tienda Árbore, en Vigo, para contar su historia.

«Nuestra idea nació de la impotencia de ver lo que estaba ocurriendo allí y no poder hacer nada. Entonces, nos propusimos ayudar personalmente a quienes pudiéramos. Empezamos a tomar contacto con personas que estaban en Gaza y tuvimos reuniones con ellas por teléfono y videollamadas para asegurarnos de que realmente vivían allí, conocer su situación y saber qué ayudas necesitaban. Escogimos a diez familias, ya que no podemos abarcar más. Comenzamos a recaudar fondos para enviarles dinero para comida, mantas y cubrir sus necesidades básicas», explica Patricia sobre la acción de Somos Gaza.

El contacto con Shehab al-Din Zuhair Abed se produjo hace unos dos meses. Fue ella quien se encargó de solicitar el visado para el joven. «Lo de ayudar surgió de manera natural. Al final, las cosas se fueron dando. Me pidieron que solicitara el visado, lo hice y empecé a hablar con él. El contacto trajo cariño, empecé a conocerle. Para mí, ya es como de la familia», relata Patricia. Inicialmente, Shehab iba a dar una conferencia en la Universidad de Almería, motivo por el que se gestionó el visado, pero finalmente la charla se realizará en la ciudad de Vigo. «Viene aquí porque en Almería no teníamos a nadie que lo acogiera», explica.

Ese permiso fue muy complicado de conseguir, especialmente para Shehab. «Es casi imposible entrar y salir de Gaza», cuenta Patricia. Él obtuvo el visado gracias a una especie de salvoconducto. «Pude salir del país acompañando a una persona enferma. Le pagué 6.000 dólares para salir con él», detalla Shehab. De manera similar, aunque sin pagar, sus padres también lograron salir de Gaza hacia Egipto. «Su padre recibió un disparo y, para recibir atención médica, le permitieron salir a Egipto con su madre. Pero ahora creo que casi ni siquiera permiten salir a los heridos», comenta Patricia.

Aunque Shehab pudo salir, tuvo que dejar en Gaza a su sobrina Karaz, de cuatro años, que estaba a su cargo tras el fallecimiento de su hermana y su cuñado en un bombardeo. «Ella no pudo salir porque sus apellidos no son iguales a los míos», explica Shehab. Finalmente, tuvo que dejarla con unos familiares lejanos.

«Sabíamos que estaba con su sobrina, pero él consiguió salir a Omán, aunque ella no. Desde allí fue más fácil gestionar el visado. Ahora, desde Gaza no pueden ni salir ni entrar. Desde Omán logramos un visado para él gracias a una conferencia en la Universidad de Almería, para la cual un profesor le consiguió la invitación. Con esa invitación, solicitamos el visado en la embajada de España en Omán, y se lo concedieron después de un mes. Entonces, empezamos a recaudar fondos para financiarle el viaje. Llegó antes de ayer», detalla, por su parte, Patricia.

Una vez en España, el objetivo es conseguir asilo por causas humanitarias, encontrar un trabajo y tratar de ayudar a Karaz a salir de Gaza. Sin embargo, el futuro es incierto. «Supongo que depende de a quién le preguntes. Su padre todavía tiene la esperanza de que todo se resuelva y puedan volver a Gaza, pero eso va a ser complicado: está todo destruido», afirma Patricia.

El propio Shehab habla con añoranza de su vida en Gaza. Él en realidad es libio y se asentó con su familia en Gaza en 2005, tras varios años tratando de encontrar su lugar en otros países como Yemen, Libia, Siria, Líbano, Emiratos, Sudán y Egipto. «La vida era bastante hermosa. Obtuve una maestría en relaciones públicas y medios de comunicación dos días antes de la guerra. Vivía en una casa con mi familia cerca de la costa», recuerda. También recuerda ese tiempo por la relativa seguridad y estabilidad que existía, a pesar del «asedio por parte de Israel».

Sobre la resolución del conflicto, defiende la solución de dos estados, aunque duda que Israel la acepte. «Quizás se alcance una solución de dos estados en los próximos años y debería haber negociaciones al respecto, pero Israel ha estado ocupando Palestina desde 1948 y no creo que acepte esa solución». Por ello, Shehab pide a la comunidad internacional que apoye esta opción y que «reconozcan a Palestina el derecho a la libertad y la consideren un estado independiente».