
El tiempo anticiclónico se mantiene este miércoles con máximas que se quedarán en los 23 grados centígrados
09 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Las conversaciones de estos días, más allá de en el ascensor, son sobre el calor que está haciendo en A Coruña. Así, han sido muchos los que han llenado los arenales de la ciudad y la comarca desde el domingo. Lo cierto es que la sensación térmica general es más calurosa que durante el propio verano. La razón la tiene la dirección del aire. «El viento frío del nordés es el habitual del verano; en cambio, estos días tenemos circulación del sur, sureste, más cálido», explica Francisco Infante, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Galicia.
La temperatura máxima que se alcanzó el martes en A Coruña fue a las 13.00 horas, con 22,1 grados centígrados, según el citado organismo. Una cifra que, sin embargo, se queda lejos de la máxima anotada en la ciudad desde que hay registros, que es de 32,25 grados centígrados, también un 8 de abril, pero del año 2011. «Con este día es mejor estar en la playa que en casa o en el parque», contó María a un periodista de La Voz ese día, ya que se animó a llevar a su hijo a la playa por primera vez ese año.
Lo que sucedió ese año, contaba también, es que las elevadas temperaturas se debían a la entrada de un aire cálido procedente del norte de África. Lo cierto es que el comienzo del mes de abril de hace 14 años estuvo marcado por unas temperaturas anormalmente altas. El día 1 se registraron en la ciudad 30,4 grados centígrados. En términos generales, ese mes de abril se situó en 2011 como el mes más cálido de toda la serie histórica, con una temperatura media por encima de los 3,9 grados centígrados.
Más allá de lo que sucedió en el resto de la Península Ibérica, lo que tiene que pasar en la comarca de A Coruña para que se produzcan días con alta sensación de calor o, incluso, bochorno, es que se combine la influencia anticiclónica con los vientos de componente sur, que imprimen las bajas presiones. Esta dualidad es más habitual durante la primavera que durante el verano, cuando el viento dominante en los días de buen tiempo en A Coruña es el nordés, más frío.
Durante este mes de abril se alcanza el ecuador de la primavera climatológica, que comienza el 1 de marzo. Eso significa que la corriente del chorro polar se debilita y genera movimientos más ondulados, lo que favorece que las altas presiones se muevan a latitudes más altas y la inestabilidad entre a la Península por el sur. Es lo mismo que sucedió durante el mes de marzo, cuando el habitual tren de borrascas, en vez de entrar por Galicia, entró por Andalucía, dejando jornadas más lluviosas en Sevilla que en A Coruña.
Desde MeteoGalicia señalan que ahora el anticiclón está situado al norte de la Península Ibérica, mientras que la borrasca Oliver, nombrada por la Aemet, ha puesto en alerta a las islas Canarias. El Ejecutivo de la comunidad espera precipitaciones localmente fuertes, muy fuertes y persistentes, que estarán acompañadas de tormentas en todas las islas a partir de este miércoles. También se prevén rachas de viento muy fuertes que podrían superar los 70 kilómetros por hora en las cuatro islas occidentales.
Mientras eso sucede en Canarias, la previsión de MeteoGalicia para este miércoles es que las temperaturas sigan altas, con 23 grados centígrados de temperatura máxima y cielos despejados. Esta situación de estabilidad se repetirá hasta el viernes, cuando está previsto que llegue la inestabilidad a la Península después de dejar el archipiélago.
El viento del nordés y el anticiclón de las Azores
Francisco Infante, delegado de la Aemet en Galicia, explica que lo que sucede en verano es que «la circulación del nordés es la que está presente». Sopla cada vez que el sistema de altas presiones, el anticiclón de las Azores, se posiciona al norte de la Península. Esto provoca que el viento se mueva a favor de las agujas del reloj y, por tanto, entre por la costa lucense. Es un viento que genera sol y calor, pero es más frío que el de componente sur y, por tanto, no crea esa sensación de bochorno de los últimos días.