El último pase en este formato será el de «Aviones» hoy en Valdoviño
27 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El característico zumbido de las bobinas que alimentan de película los proyectores de los cines cada vez está más cerca de ser definitivamente historia. Disney, que en sus más de noventa años de existencia siempre había distribuido sus filmes en 35 milímetros, dejará de hacerlo a partir de que comience el 2015 y en España se verán solo en formato digital. La última cita con el celuloide será hoy, y será en Galicia: la proyección en la Casa da Cultura de Valdoviño (18 horas, entrada libre) de Aviones, equipo de rescate. Cuando acaben de pasar los créditos, los seis rollos del filme -cada uno alberga 600 metros de película y pesa más de 50 kilos- se devolverán a la sede madrileña de la empresa para ser destruidos.
Para el productor, exhibidor y coleccionista Ignacio Benedetti, son los números los que están detrás de la decisión de Disney: el paso total al digital supone ahorrarse los entre 1.000 y 1.500 euros que cuesta cada copia en 35 milímetros, además del siempre tan preciado espacio de almacenaje. Pierden, en cambio, los operarios especializados en la mecánica del celuloide, que no serán necesarios, y empresas de película como Kodak. También pierden, según Benedetti, los cinéfilos. «Como dice Tarantino, lo digital no es cine. La sensación es la de una televisión de plasma grande. Sin la textura del celuloide la sensación cinemática se pierde», argumenta.
Benedetti cree que lo económico también afectará a pequeños exhibidores. «Es cierto que se ahorran las copias y el almacenaje, y que la reconversión la financian en parte las grandes compañías, pero requerirá una actualización constante y nuevos gastos», explica.
Paradójicamente, Disney produce la séptima entrega de Star Wars, cuyo director, J. J. Abrams, la está rodando tanto en 35 como 65 milímetros. Otro entusiasta del celuloide, Christopher Nolan, hizo lo propio con su último filme, Interstellar, aunque en Galicia hubo que verla en digital: la veintena de copias en 35 milímetros que se distribuyeron en España no llegaron hasta la comunidad, a pesar de que todavía algún cine dispone de la tecnología necesaria para su visionado.
El abandono del celuloide no solo es una cuestión del presente, sino también del futuro. La Filmoteca Nacional acaba de presentar su nuevo centro de conservación, que tiene en el material arrinconado por la hegemonía de lo digital su mejor seguro. «El celuloide fabricado desde finales de los ochenta es prácticamente eterno si se conserva en condiciones», asegura Benedetti. Además, cuando el deuvedé o el Blu-ray queden obsoletos y sean superados por nuevos formatos, habrá que escanear de nuevo los filmes, y eso se hará desde 35 milímetros. «Y luego están las películas que salvan los coleccionistas, como el cartoon de 1927 protagonizado por Oswald que apareció en Noruega. Ni la tenían los de Disney», concluye Benedetti.