La crisis sanitaria ha obligado reprogramar y a convertir las salas de exposición en almacenes en los que las obras permanecen en condiciones ambientales óptimas
14 abr 2020 . Actualizado a las 04:00 h.Seis mil años de historia de Galicia, un colorido paseo por la obra gráfica de Chagall, nuevos espacios y encuadramientos del legado de Manuel Colmeiro, las crebas que deja a los pies de Francesc Torres el mismo mar que idolatraba Man. Una programación en compás de espera, aguardando a que termine el distanciamiento social. El arte, los grandes museos de Galicia. Todo ha quedado suspendido en un delicado equilibrio de temperatura y humedad, depositado con cuidado en salas que habían sido diseñadas para enseñar, no para guardar.
Así que aunque habría sido visitable por última vez este fin de semana, la biblia Kennicott sigue expuesta, aunque sin visitantes que la admiren, en el Gaiás. «Todas las piezas de la exposición (a excepción de dos préstamos del Vaticano que regresaron antes de las restricciones) continuarán en el museo ante la imposibilidad de devolverlas por las restricciones del estado de alarma». Un relato congelado en las salas en condiciones ambientales idóneas con medidas de seguridad. Una exposición que de todos modos se puede visitar de manera virtual. Porque el tiempo no se detiene. En cuanto sea posible, todas las piezas retornarán. Y todavía no está claro hasta qué punto quedarán afectadas otras dos grandes exposiciones, la de la Xeración Nós y la de Isaac Díaz Pardo.
El mismo compás de espera resuena en la Fundación Barrié, que acababa de inaugurar una muestra sobre Marc Chagall. Su obra gráfica sigue en las salas, con parámetros controlados, pero la fundación ha solicitado una ampliación de los préstamos para poder reabrir tras la crisis sanitaria, aunque todo depende de los calendarios de las otras salas que las expondrán. Mientras, su préstamo de la obra de Leopoldo Nóvoa al Museo de Pontevedra sigue en pie. La exposición finaliza el 26 de abril, pero si el museo lo solicita, la fundación ampliará el préstamo.
«La obra sobre papel de artistas como Colmeiro debe guardar meses de reposo en almacenes tras su exhibición: para no tener que trasladarlas decidimos convertir las salas en una especie de almacén, cerrando todo acceso. Permanecen, por tanto, en condiciones ideales». Miguel Fernández-Cid adelanta que la intención del MARCO es reabrir las exposiciones tras la crisis sanitaria y para ello ya han pedido prórrogas, con respuesta positiva.
«En el caso de Yolanda Herranz Pascual, buena parte de las obras han sido producidas por el MARCO para esta ocasión. Si no la prorrogamos, no se verían y se perdería el sentido del trabajo realizado». Mientras tanto, se han acotado las salas para poder controlar las condiciones ambientales y también hacer un consumo más razonable de electricidad. «El MARCO, como muchos museos, deberá reprogramar exposiciones y actividades (caso de los cursos de arte y cine). Los cambios implican a las exposiciones de este año y el siguiente, pero se resuelve con gestión y la complicidad de todos», subraya Fernández-Cid.
«O pasado 13 de marzo debía abrirse ao público no CGAC a exposición Caosmos de Antón Patiño», que se abrirá cuando lo permitan las autoridades sanitarias. Mientras, ninguna institución ha reclamado obras actualmente en préstamo. «O programa xeral de exposicións correrá cara a adiante prolongando no tempo as exposicións actuais e permitindo a apertura das exposicións de Antón Patiño e La Ribot».
La espera que no espera
Pero este tiempo de arte confinado no significa que los museos hayan cerrado. Simplemente, las salas se han trasladado. «Con todo, as redes sociais e a web ofrecen unha xanela dixital». Un enorme ventanal en el que se van sucediendo actividades, como el curso Intrahistorias da Arquitectura II impartido por Fermín Blanco en el CGAC, que sigue en funcionamiento, solo que a través de la aplicación Zoom y que ha alcanzado medio centenar de asistentes en su aforo virtual.
Dolores Durán, especialista en la obra de Chagall, hace un recorrido comentado por nueve obras a través de la página web de la Fundación Barrié, que permite así visitar, aunque sea a distancia, la exposición.
Galicia, un relato no mundo, se despide con una visita virtual y ofreciendo su catálogo para descarga gratuita. Además, durante estos días de confinamiento ha diseñado visitas comentadas a través de las redes sociales y actividades infantiles. El Museo das Peregrinacións continuará con sus rutas temáticas y en abril propone un viaje virtual a culturas lejanas a través del programa expositivo A peregrinación como fenómeno universal.
«Por la mirada renovadora que ofrece la exposición a la obra de Colmeiro, las posibilidades de interactuar son múltiples y tienen todo el sentido». Así que durante estos días de cierre, el MARCO opta por ofertar a través de las redes vídeos de entrevistas con Manuel Colmeiro e intervenciones del comisario resaltando diferentes aspectos de su obra con el beneplácito de las herederas del artista, que ven en la iniciativa un modo de cumplir con los términos del comodato. Y todo, sin olvidar otras áreas del museo, como la biblioteca, que continúa con su club de lectura y con el acceso digital a bibliografía. La cultura, aunque suspendida en un mundo digital, sigue siendo un bálsamo con el que contar.