El agresor fue interceptado, conducido a la salida y entregado a la policía
30 may 2022 . Actualizado a las 22:45 h.El Louvre interpuso una demanda contra el individuo que —en silla de ruedas, disfrazado y con una peluca de mujer— lanzó una tarta contra el cristal que protege la Gioconda. Fuentes del museo indicaron a Efe que ya denunciaron al visitante que el domingo simuló tener una discapacidad para acercarse a la vitrina de seguridad en la que se halla el lienzo de Leonardo da Vinci, uno de los grandes reclamos del recinto parisino.
«El Louvre aplicó el procedimiento previsto para personas con movilidad reducida, permitiéndole admirar esta obra mayor del Louvre», explicó la institución, que renovó recientemente la sala en que se expone la tela para acoger por filas las grandes concentraciones que se amontonan ante la pintura. Según el museo, el individuo, una vez cerca del cuadro, lanzó una tarta que había escondido entre sus objetos personales. Esta no provocó daños en la Gioconda, cubierta por un cristal antibalas.
«El individuo fue inmediatamente inmovilizado y evacuado por los agentes de seguridad y después entregado a la policía, que acudió al recinto», relatan estas fuentes. En varios vídeos publicados en redes sociales por visitantes, se puede ver a un hombre en silla de ruedas, con peluca y gorra, conducido fuera de la sala por los guardas mientras grita: «¡Pensad en la Tierra. Hay gente que está destrozando el planeta. Es por ello que he hecho esto!».
Aunque no hay imágenes completas del lanzamiento, instantáneas de visitantes permiten reconstruir los hechos, ver al personal del Louvre recogiendo restos de tarta y limpiando el cristal manchado, y llevándose al agresor.
«Esto es una locura, para mí, pero un hombre vestido de anciana ha saltado de una silla de ruedas y ha intentado romper el cristal a prueba de balas de la Mona Lisa. Luego ha procedido a embadurnar el cristal con tarta y arrojar rosas por todas partes, antes de ser abordado por la seguridad», escribió en Twitter el usuario @lukeXC2002.
El lienzo, que data de inicios del siglo XVI, llevó al Louvre a hacer recientemente obras en la sala para poner orden en las aglomeraciones que suelen darse ante la Mona Lisa.
Fue el cristal lo que permitió proteger la obra, que ha sido víctima de otros ataques, como cuando un hombre le lanzó una taza en el 2009, o cuando en 1974 fue prestado a Japón y una mujer intentó destrozarlo con un aerosol rojo. Ya en 1957 sufrió un ligero daño después de que un visitante boliviano le tiró una piedra: «Tenía una piedra en el bolsillo y de pronto me vino a la cabeza la idea», dijo entonces el hombre al diario Le Monde.