Santo Estevo convertirá en móviles los relicarios donde aparecieron los «anillos milagrosos»

x. m. r. OURENSE / LA VOZ

CULTURA

Miguel Villar

El CSIC estudia las joyas y se han recuperado las pinturas de los siglos XV y XVI de la iglesia de Nogueira de Ramuín

18 nov 2022 . Actualizado a las 18:30 h.

Tras tantos años dejado de la mano de los hombres, deshilachándose los muros y enseñoreándose en el lugar la hiedra, la maleza y la ruina, ahora Santo Estevo de Ribas de Sil reclama la atención debida y se reivindica como el emblema de la Ribeira Sacra. Con el hotel ubicado en el municipio ourensano de Nogueira de Ramuín como una de las joyas de la corona de la Red de Paradores Españoles, la iglesia del conjunto monástico se ha convertido en la verdadera atracción del lugar, disputándole el protagonismo a un hospedaje monumento que ha conseguido llevar hasta los cañones del Sil a arquitectos de fama mundial, escritores, políticos, actores y muchos otros invitados ilustres.

La iglesia de santo Estevo exigía a gritos una rehabilitación. Humedades, iluminación precaria, goteras y otras fallas y carencias hacían de la misma un elemento patrimonial a resucitar. Y ahí empezó todo. La Diócesis de Ourense desmontó la sillería del altar y los relicarios para trasladarlos al Centro de Restauración San Martín, de la propia Iglesia, y durante el trabajo para tratar de devolver el antiguo esplendor a los relicarios la restauradora Vania López se encontró con una bolsa y un papel anotado que situaba el hallazgo. Se trataba de los cuatro anillos de los obispos que quedan, de los nueve a los que se les atribuían propiedades milagrosas, y se advertía de la desaparición del resto hace tiempo.

 Leyenda, novela y hallazgo

En el escudo monástico de Santo Estevo de Ribas de Sil lucen vigorosas nueve mitras, tantas como obispos se retiraron al monasterio tras ejercer como tales. La leyenda cuenta que sus anillos tenían propiedades milagrosas y que hasta Santo Estevo, monasterio que los custodiaba a buen recaudo, se acercaban los fieles para utilizar sus cualidades benéficas para curarse. Pasar o tocar con los anillos la zona enferma o beber el agua que había estado en contacto con ellos -se vertía sobre los mismos o se metía alguna de las joyas en el agua- eran las formas empleadas para alcanzar la sanación.

De la leyenda se hizo eco poco antes la escritora María Oruña (Vigo, 1976) en El bosque de los cuatro vientos (Destino). Novela y anillos se retroalimentaron: en el verano del 2020 llegaba a las librerías la obra y en diciembre de ese mismo año aparecían cuatro de los nueve anillos. Sin quererlo, María Oruña y su historia con dos conocidos protagonistas —inspirados en la restauradora Vania López y el sacerdote Camilo Salgado— se convirtió en la fórmula del éxito: con reportajes en medios de comunicación de todo el mundo y hasta un documental en la BBC.

Los anillos mantienen su enigma y el responsable de patrimonio de la Diócesis de Ourense, Luis Manuel Cuña, informaba este martes en el mismo lugar donde estuvieron escondidos durante siglos que se está a la espera de los resultados definitivos de los análisis que realizan los investigadores del CSIC. «Sabemos que los anillos son de entre los siglos X y XI y, por lo que pone en la nota, no parece que vayamos a encontrar el resto», admitió Cuña.

Solución para ver las pinturas

La piezas pertenecientes a los obispos de Santo Estevo no fue ron la única sorpresa. Retirados sillería y relicarios, se adivinaba algún rostro y parte de un pájaro entre el encalado. Picado el mismo, el hallazgo puso de nuevo las miradas sobre la iglesia: lo que se escondía bajo la cal eran pinturas tardogóticas —de los siglos XV y XVI—. De etapas y calidades diferentes, la Adoración de los Magos —a la derecha, mirando al altar— es la mejor composición. La datación fija su origen en el siglo XV y la restauradora Vania López constató dos manos en la pieza. Los martirios de santa Catalina y san Estevo son otros de los temas.

Gracias al convenio suscrito entre la Diócesis y la Fundación Iberdrola los armarios relicarios de los «Santos nueve obispos» —aunque nunca se canonizaron se veneran como tales el 26 de enero— contarán con una apertura mecanizada, lo que permitirá que se puedan retirar y así exponer las pinturas murales tardogóticas de la iglesia de Santo Estevo. El obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet, y el presidente de la Fundación Iberdrola, Fernando García Sánchez, rubricaron el documento por el cual la fundación aportará 50.000 euros para materializar el proyecto. Lemos agradeció el apoyo para poder mostrar a las personas que se acerquen hasta el lugar el patrimonio que alberga la iglesia en todo su esplendor. Por su parte, García Sánchez incidió en que la fundación mantiene su compromiso con el patrimonio y con el arte. «En esa labor social es donde se enmarca esta iniciativa que busca que estas pinturas puedan ser reconocidas y disfrutadas por todo el mundo», abundó.

Actuación polémica, archivo frustrado y flamante parador

La iglesia de Santo Estevo de Ribas de Sil aún requiere de muchos cuidados e inversiones. Y aunque el presente es bueno, y el futuro mejor, la situación del templo no era para nada decorosa hasta hace unos años. El órgano estaba en paradero desconocido —solo se conserva el mueble—, un reloj por vidriera en el centro de la fachada —del que presumían los vecinos al ser un regalo del mítico productor de cine vigués Cesáreo González, con raíces familiares en el vecino Espartedo—, la falta de una iluminación adecuada o una sacristía que demandaba una intervención drástica —bajo sus altos techos de piedra abovedados, datados en 1640, se firmó el convenio entre la Fundación Iberdrola y la Diócesis de Ourense— eran solo parte de las deficiencias a corregir. La sacristía luce en todo su esplendor tras la restauración y la recuperación del mueble de los relicarios y una vidriera han jubilado el reloj de cine.

La iglesia de Santo Estevo centra ahora las intervenciones tras una etapa en la que el destino del antiguo monasterio era una preocupación. Tras una primera restauración urgente, para evitar males mayores, se desató la polémica por el muro cortina que se creó en el claustro principal para poder recuperar el conjunto. Luego de esta primera etapa, el monasterio siguió sin un destino concreto, proponiendo en su día la Diputación instalar allí el Arquivo Histórico de Galicia. Era entonces presidente provincial José Luis Baltar y conselleiro de Cultura, Daniel Barata. La idea no prosperó.

Después de un primer ejemplo satisfactorio —la construcción del hotel monumento de San Clodio, en Leiro— se abrió paso la propuesta de crear un parador en el corazón de la Ribeira Sacra. Entonces sí hubo química entre las partes y el 28 de julio del 2004 Manuel Fraga, presidente de la Xunta, y Elena Espinosa, ministra de Agricultura, inauguraban las instalaciones.

Información del 29 de julio del 2004 sobre la inauguración del Parador de Santo Estevo
Información del 29 de julio del 2004 sobre la inauguración del Parador de Santo Estevo

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