Ferrari tendrá que esperan a la introducción de mejoras en su coche para ser competitivos
19 mar 2012 . Actualizado a las 22:00 h.La escudería McLaren, que celebró en el Gran Premio de Australia el triunfo del inglés Jenson Button y el tercer puesto de su compatriota Lewis Hamilton, parece la principal alternativa a Red Bull -gran dominador la pasada temporada-, en espera de Ferrari, que en Melbourne se agarró con fuerza al talento de Fernando Alonso.
Las «flechas de plata» fueron las grandes triunfadoras en el Gran Premio disputado este fin de semana en Albert Park, al capturar la pole, gracias a Hamilton, y la vuelta rápida que Button añadió a su triunfo, además del liderato individual y de constructores.
McLaren encabeza por equipos con cuarenta puntos, diez más que Red Bull, la gran dominadora el año pasado, cuando el alemán Sebastian Vettel se convirtió en el bicampeón más joven de la historia batiendo entre otros muchos récords, el de puntos (392) y el de poles (15), en una temporada en la que logró once victorias.
El resto de las veces -salvo, una, en Corea, cuando la pole fue para Hamilton- arrancó desde la primera posición su compañero australiano Mark Webber, que asimismo ganó la última carrera.
Aunque es pronto para sacar conclusiones -el Mundial se disputa a veinte carreras-, la primera impresión parece indicar que existe más igualdad y que las diferencias entre unos y otros se han reducido.
McLaren hubiese firmado seguramente un doblete en Melbourne, de no haber salido a pista, a falta de 21 vueltas y a causa del accidente del ruso Vitaly Petrov (Marussia), el coche de seguridad. Oportunidad que aprovechó Vettel para rebasar a Hamilton y asegurarse el segundo puesto; y que sirvió para que Webber dejase atrás al español Fernando Alonso (Ferrari) y acabase cuarto.
El doble campeón mundial asturiano salvó los muebles a la «Scuderia», que, después de una calificación para olvidar, sufrió el domingo la retirada del brasileño Felipe Massa -que se accidentó junto a su compatriota Bruno Senna (Williams)-.
Alonso, quinto, detrás de los McLaren y los Red Bull, exprimió hasta la última gota su coche y, al igual que el sábado, instó a los responsables del equipo a apretar la maquinaria para rectificar cuanto antes. En manos del equipo, vino a decir Alonso, está revertir una situación que si no cambia pronto, obligará «a felicitar a otros».
Tiempo queda. Y a favor del español juega la presumible mayor igualdad entre los equipos -que podría dar lugar a un baile de ganadores durante las primeras carreras-, algo que se tendrá que corroborar cuando el próximo fin de semana se corra en Malasia. Adonde todos llegarán prácticamente con el mismo coche que pilotaron en Australia. Pero a un circuito completamente diferente.
El semiurbano de Albert Park exige tracción, mientras que Sepang, en las afueras de Kuala Lumpur, es una mezcla de curvas de media y alta velocidad, secciones lentas y retorcidas y dos largas rectas que favorecen la velocidad punta.
Donde Christian Horner, director de Red Bull, cree que su equipo se acercará a McLaren; y donde también habrá que ver qué pueden dar de sí los Mercedes de los alemanes Michael Schumacher -séptuple campeón mundial- y Nico Rosberg, que no puntuaron el domingo, pero se asomaron durante todo el fin de semana en Melbourne, que celebró el retorno del sexto campeón del mundo en parrilla, el finlandés Kimi Raikkonen (Lotus), que, tras dos años en el Mundial de ralis, demostró que no se le olvidó pilotar en la máxima categoría y fue séptimo en Australia. Donde faltó poco para que tres hispano-hablantes acabasen en los puntos.
Williams causó buena impresión y el venezolano Pastor Maldonado firmó una magnífica carrera hasta la última vuelta, en la que, cuando iba sexto -el que hubiese sido su mejor puesto en F1- se equivocó al presionar demasiado a Alonso, perdió el control de su monoplaza y acabó estrellado.
La salida de Maldonado dio opción al mexicano Sergio Pérez (Sauber), que iba séptimo desde la vuelta 37, a mejorar en un puesto su mejor resultado en Fórmula 1. «Checo», con los neumáticos desgastados, tuvo que ceder dos plazas en el último giro, pero aún así firmó un octavo que su equipo añadió al sexto del japonés Kamui Kobayashi para colocarse tercero en el Mundial de constructores.
En el que aún no entró la escudería española HRT, que, a pesar de intentar solventar numerosas vicisitudes, no logró clasificarse en Australia, dado que los tiempos del español Pedro de la Rosa -sin DRS, ni dirección asistida- y del indio Narain Karthikeyan superaron el 107 por ciento del mejor crono en la primera sesión de la calificación (Q1).