Con Solari en el banquillo, el Real Madrid acumula 9 triunfos y 2 derrotas en partidos oficiales, pero a dos días de debutar en el Mundial no ha mejorado su imagen
17 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los números de Santiago Hernán Solari desde que se hizo cargo del banquillo del Real Madrid como solución de emergencia ante la destitución de Julen Lopetegui guardan la apariencia de ser fieles a la historia del club. El equipo ha logrado cinco victorias y una derrota en la Liga, dos triunfos y una derrota en la Champions League y sendas goleadas en Copa del Rey, ante el Melilla. En total, nueve victorias y dos derrotas en once partidos y el equipo blanco sigue optando a todo en la Liga, está en octavos de final de la Liga de Campeones como primero de grupo y en octavos de la Copa del Rey, y solo a dos días de comenzar en Abu Dabi la defensa del Mundial de Clubes frente al Kashima japonés.
No obstante, más allá de los fríos números se esconden unas sensaciones bastante peores. Las dos últimas victorias ligueras -en Huesca frente al colista y frente al Rayo Vallecano, penúltimo clasificado, en Chamartín-, con la dolorosa goleada del CSKA de Moscú en el Santiago Bernabéu entre medias, ilustran perfectamente la realidad de un equipo abocado al sufrimiento para doblegar a los dos últimos del campeonato.
En ambos partidos, el Real Madrid adoleció de capacidad para generar fútbol en el centro del campo y, a pesar de no encajar, se vio obligado a encomendarse a un buen Thibaut Courtois para paliar el nerviosismo de una zaga que no transmite ninguna sensación de seguridad. En El Alcoraz, un gol tempranero de Gareth Bale y las paradas del meta belga permitieron al Madrid cosechar un botín de tres puntos muy superior al merecido después de un partido en el que Luka Modric y Dani Ceballos hicieron aguas en la medular. Ante el Rayo, el mismo guion. El ímpetu inicial madridista, materializado con un buen gol de Karim Benzema, se fue diluyendo como un azucarillo con el paso de los minutos y de manera inversamente proporcional al avance de la impaciencia entre un público del Santiago Bernabéu que vio con estupor cómo el Madrid acababa metido en su campo, pidiendo la hora y apelando de nuevo a los reflejos de Courtois para amarrar otros tres puntos.
El balance de semejantes victorias no es precisamente ilusionante, con dudas en defensa, una total ausencia de identidad futbolística, descontrol de los partidos en el centro del campo y una escasa capacidad realizadora. Sin embargo, puestos a buscar buenas noticias para Solari, cabe destacar el reencuentro de Bale con el gol liguero en tierras del Alto Aragón, algunos minutos de calidad de Benzema, un buen desempeño de Dani Carvajal y Lucas Vázquez por el costado derecho del ataque madridista frente al Rayo y principalmente el paso adelante de Courtois para mantener su portería a cero en los últimos tres encuentros de Liga. Eso sí, el Bernabéu, claramente disconforme con la imagen y con un juego plano y aburrido, ha puesto definitivamente bajo sospecha a un Isco que apenas cuenta para Solari y a Marco Asensio.
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