LeBron, ahora con los Lakers, visita por primera vez desde la final del 2018 a los Warriors de Curry, en el duelo más esperado de la fase regular
24 dic 2018 . Actualizado a las 17:54 h.Desde siempre ha tendido el baloncesto americano a creerse superior al europeo. El exitoso desembarco masivo de las últimas dos décadas de jugadores del viejo continente ha cambiado, en parte, esa perspectiva, pero si en algo sigue estando muy por encima la NBA del juego de Europa es en vender su producto.
Como cada año, el balón botará durante el día de Navidad. Y como cada año, la liga ha programado los duelos con más morbo para ese día. No es una casualidad. La organización, sin ninguna atadura a un sorteo que condicione el calendario, ha plantado descaradamente para este año dos duelos entre cuatro de los grandes aspirantes al título. Uno en el Este y otro en el Oeste.
Los que estén más interesados en lo puramente baloncestístico, tal vez preferirían asistir al Philadelphia 76ers - Boston Celtics que se jugará en el Boston Garden. Dos franquicias históricas, con mucho tirón entre los aficionados de dentro y de fuera de Estados Unidos y que tras años duros -muy duros en el caso de los de Filadelfia- vuelven a vivir tiempos felices. La NBA les enfrenta en Navidad. Lo consideraron el plato estrella de la Conferencia Este cuando se diseñó el calendario, y probablemente así lo sigan viendo por mucho que los Raptors de Toronto estén por encima de los dos en la clasificación. Pero incluso el aficionado más acérrimo de ambos conjuntos tendrá un ojo puesto en el otro duelo. En primer lugar, porque Boston y Filadelfia ya se han enfrentado esta temporada; y en segundo, porque en el Oeste LeBron se reencuentra con Durant, Curry y compañía.
En cuanto James le dijo que sí a los Lakers, la NBA supo que este sería el partido elegido para el espectáculo navideño. Por muchas razones. La conjunción de un equipo como Los Angeles Lakers, sinónimo de glamur, y de una superestrella como LeBron ya sería suficiente. Pero es además el primer reencuentro de los cuatro que plantea el calendario entre los protagonistas de las cuatro últimas finales de la NBA.
Los precios de las entradas se han disparado. Este partido, que decidirá poco o nada del devenir de la temporada, es ya el más caro de la historia de la navidad en la NBA. El aficionado pagará de media 1.134 euros, supera por mucho a los 888 euros que se pagaron por el Warriors - Cavaliers del 2015.
En este caso el público tendrá suerte porque no tendrá que dividirse: la NBA sabe vender el producto y los partidos no se solaparán. Luces y espectáculo.
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