El nuevo aluvión de dimisiones en la junta y las acusaciones de corrupción dejan muy tocado al presidente del Barça, al que le resta un año en el cargo
11 abr 2020 . Actualizado a las 20:41 h.Josep María Bartomeu no finalizará su actual mandato como presidente del Barcelona hasta junio del 2021. Eso es lo marcan los plazos de la entidad porque, en plena cuarentena, la casa culé está volando por los aires. En los círculos de poder próximos al Barça se huele la sangre. La junta es un polvorín y los candidatos a sucesores ya merodean ante la aparente fragilidad de un presidente que, pese a todo, muestra a su gente su idea de finalizar su mandato.
El río está mas revuelto que nunca tras la dimisión forzosa de seis miembros de la directiva en pleno Viernes Santo.
LA ÚLTIMA CRISIS
Dimisiones masivas
Emili Rousaud, Enrique Tombas, Silvio Elías, Josep Pont, Maria Teixidor y Jordi Calsamiglia han sido los miembros que han abandonado sus cargos en la junta del Barcelona en las últimas horas. Los cuatro primeros fueron forzados a dimitir por Bartomeu —los estatutos culés no permiten el cese fulminante por parte de la presidencia—, mientras que Maria Teixidor y Calsamiglia decidieron voluntariamente abandonar sus funciones por discrepancias. De entre todas ellas, la más sonada es la de Emili Rousaud, vicepresidente institucional del club y el delfín de Bartomeu. De hecho, todo apuntaba que él sería el candidato continuista a la presidencia en los próximos comicios del 2021. Pero Bartomeu ha visto en Rousaud actitudes desleales a sus espaldas que le han costado el cargo. Enrique Tombas, vicepresidente cuarto, es otro de los pesos pesados que han caído. Las bajas en el consejo obligan a Bartomeu a realizar como mínimo una designación para cumplir con el mínimo estatutario del club. Exige tener 14 miembros. Actualmente quedan 13.
«Alguien ha metido la mano en la caja»
La bomba llegó a través de las ondas. Unas horas después de conocerse su renuncia, Rousaud tiró la piedra y dejó intuir una mano durante una entrevista en RAC1. «Creo que alguien ha metido mano en la caja. Si los auditores externos dicen que los servicios contratados tienen un precio de mercado de 100.000 euros, blanco y en botella. ¿Quién ha sido? En absoluto es alguien de la junta, no sé quién ha sido, pero se puede sospechar», dijo el exvicepresidente. Se apresuró el Barça en morder el anzuelo a través de un comunicado: «El FC Barcelona niega categóricamente cualquier acción susceptible de ser calificada de corrupción, y, por tanto, se reserva la interposición de las acciones penales que puedan corresponder». Hubo comunicado. Pero solo sobre las acusaciones de malas prácticas. Las dimisiones de la junta no fueron comunicadas por los canales habituales del club.
El detonante
La brecha del «BarçaGate»
El conocido como BarçaGate sigue pasando factura. Los directivos que han abandonado la junta apuntan en una carta abierta directamente a esta causa como la razón principal del divorcio. Las malas prácticas insinuadas por Rousaud también se fecharían durante esta operación por la que el club habría desembolsado una importante cantidad de dinero para hacer una campaña encubierta en las redes sociales contra los sectores críticos con la actual directiva y contra algunos de los pesos pesados del vestuario. La crisis tuvo su penúltimo capítulo con una pitada antológica dirigida al palco antes del inicio del partido en el Camp Nou ante la Real Sociedad el pasado 22 de febrero.
Las concesiones al vestuario
Las relaciones entre el núcleo duro del vestuario blaugrana y Bartomeu nunca han sido fluidas y algunos pesos pesados de la plantilla no se han cortado en lanzarle dardos públicos a su gestión. Los últimos escándalos que teóricamente trataban de señalar y desacreditar a los jugadores no han ayudado. Tal vez por eso, Bartomeu quiso lanzar un guiño a los futbolistas durante la pandemia con un recorte salarial menor del que las cuentas clamaban. La jugada le salió rana y fue un motivo más de fricción en la junta directiva, porque su sector crítico le exigía medidas más drásticas. Le acusaron de tibio.
la fragilidad de la junta
Catarata de renuncias
Rousaud y Tombas son el sexto y el séptimo caso de vicepresidentes de Bartomeu que abandonan la junta directiva. Siete vicepresidentes cesados en dos mandatos, además de un rosario de cargos que acabaron por no cumplir sus contratos. Javier Faus cayó en el 2015 tras ser señalado por Messi, Susana Monje, su sustituta, también cayó. Carles Villarrubí se fue en el 2017 por la decisión de jugar el partido ante el Las Palmas en plena polémica por el referendo del 1 de octubre, Manuel Arroyo se marchó alegando motivos personales y Jordi Mestre —célebre autor de la frase que aseguraba que Neymar se quedaría en el equipo «al 200 %»— fue el antepenúltimo en caer.
LOS CANDIDATOS
Víctor Font asoma
Ante la reiterada petición de elecciones, el empresario Víctor Font se mueve. Se ha postulado para el cargo que ya había intentado ocupar en el 2015. Ya en el 2010 estuvo integrado en la candidatura de Marc Ingla. Laporta tampoco ha descartado la opción de concurrir a las siguientes elecciones.