Tras perder su contrato como probador de Yamaha, la oferta de Aprilia parece ser la única vía para que el mallorquín recupere este año su conexión con el Mundial de motociclismo
17 nov 2020 . Actualizado a las 17:15 h.El español Jorge Lorenzo decidió retirarse de la competición activa un día como el de hoy del año pasado. Era el Gran Premio de la Comunidad Valenciana y la sala de prensa del circuito «Ricardo Tormo» de Cheste mostraba un lleno hasta la bandera como pocas veces. Solo se había visto tan llena quizás para celebrar las ceremonias de premiación o proclamación de los campeones del mundo, que allí, por ser la última carrera del calendario, las ha habido, y muchas. Pero en esa ocasión casi todos los presentes sabían que la noticia era otra. En el ambiente se mascaba el anuncio de la retirada del pentacampeón mundial Jorge Lorenzo, dos veces campeón del mundo de los 250 c.c. y tres de MotoGP.
Lorenzo fue el primer español en ser campeón en la nueva categoría de los motores de cuatro tiempos (MotoGP). Con anterioridad, en 1999, Alex Crivillé se había arrogado ese derecho en la anterior categoría reina del motociclismo mundial, por entonces los 500 c.c. Todo el mundo sabía que lo que se iba a anunciar en la sala de prensa del circuito «Ricardo Tormo» de Cheste, con Jorge Lorenzo como protagonista, no era ni más ni menos que su retirada de la competición. Una decisión que casi se podría calificar de necesaria después del sufrimiento evidenciado en pista por el piloto de Palma de Mallorca, y más cuando todos los asientos en las motos oficiales para la siguiente temporada estaban adjudicados al final de ese 2019.
No hubo la misma suerte del año anterior, cuando en Mugello su anterior fábrica, la italiana Ducati, con sede en la localidad de Borgo Panigale, decidió prescindir de sus servicios justo el mismo fin de semana en el que empezó a ganar con la Desmosedici. Entonces el equipo Repsol Honda había decidido también no contar con los servicios de Dani Pedrosa y, a pesar de los muchos novios para la montura vacante, esa moto acabó siendo para el de Palma de Mallorca.
El fichaje generó una respuesta mediática inusitada, pero Jorge Lorenzo no supo hacerse con la moto y ello, unido a una serie de caídas y muchas pruebas fallidas, mermaron la confianza del pentacampeón mundial, que poco a poco fue hundiéndose ante su escaso rendimiento. De ahí a la retirada apenas hubo un paso.
Un regreso truncado por la pandemia
Son muchos los que piensan, incluido el que suscribe estas líneas, que la retirada de Jorge Lorenzo fue precipitada, pero también que una vez abandonó la competición, quizás pensando en tomarse un año sabático, como acaba de anunciar el italiano Andrea Dovizioso, el balear se acostumbró rápido a su nueva vida.
Todo ello unido a la pandemia por el coronavirus covid-19 supuso el golpe definitivo a las ambiciones de Jorge Lorenzo de regresar a no mucho tardar a la competición al conseguir la confianza de Yamaha, su primera marca en MotoGP, como su piloto probador, además de participar como piloto invitado en el Gran Premio de Cataluña. El confinamiento y las múltiples cancelaciones en el calendario del Campeonato del Mundo lo cambiaron todo.
La organización del mundial decidió que en 2020 no iba a haber invitaciones a pilotos en ningún gran premio y eso, probablemente, desanimó por completo a un Jorge Lorenzo que prácticamente no se volvió a subir a su Yamaha YZR M1, y cuando lo hizo, evidenció encontrarse en muy bajo nivel de forma, algo que a los ingenieros de Iwata no les servía para nada a la hora de evolucionar una moto que en la actual temporada no ha dejado de darles problemas.
Rescisión de Yamaha, oferta de Aprilia
Esa situación llevó a Yamaha, hace apenas unos días, a prescindir de los servicios de Jorge Lorenzo para fichar al británico Cal Cruthclow, que se quedaba sin montura para el próximo año. Así las cosas, al de Palma de Mallorca apenas le queda la «opción» de aceptar la propuesta del fabricante italiano Aprilia para ser su piloto probador para mantener un hilo de conexión con el Mundial de motociclismo.
Al parecer ,han existido conversaciones entre las partes. La sanción por cuatro años del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) al italiano Andrea Iannone obliga a Aprilia a dar un paso determinante hacia adelante para no quedarse descolgada de la pelea tecnológica con el resto de fabricantes, todos ellos por delante en prestaciones y resultados. Y ahí entra el bagaje deportivo de Jorge Lorenzo, quien ha sido y es uno de los mejores del motociclismo español. Así nos lo cuenta un palmarés encabezo por sus cinco títulos mundiales, en la categoría de 250 c.c. en 2006 y 2007 y los tres de MotoGP en 2010, 2012 y 2015, con nada menos que 152 podios, de los que 68 fueron victorias, 51 segundos puestos y 33 terceras posiciones.