El triunfo del italiano en Malasia le deja a solo dos puntos de proclamarse campeón de motoGP y Aleix Espargaró se despide del sueño de manera agridulce
23 oct 2022 . Actualizado a las 16:53 h.Pecco Bagnaia se quedó muy cerca de cantar el alirón en el circuito de Sepang, después de anotarse la séptima victoria de la temporada. Hizo todo lo que estaba en su mano para conseguirlo. Sin embargo, el podio de Fabio Quartararo le permite al francés mantener viva la llama del título. Quien se ha quedado fuera de la ecuación a falta de un gran premio es Aleix Espargaró, que se dejó en Malasia sus ya escasas opciones de campeonato con las que partía.
Después de un sábado loco donde los tres aspirantes se habían ido por los suelos en los entrenamientos y salían muy retrasados en parrilla, en apenas una vuelta se ordenó la carrera, colocando a los favoritos delante. Bagnaia, que partía noveno, hizo una salida memorable, «la mejor de la temporada» en palabras del italiano, y se situaba en segunda posición. No le iba a la zaga Quartararo, que ganaba las mismas posiciones tras apagarse el semáforo. Desde el duodécimo puesto en la parrilla al quinto en apenas un giro. El único de los aspirantes que no ganaba posiciones en la salida era Aleix Espargaró, plantado en la décima posición, que desde el inicio iba a comprobar que esta no sería su guerra.
La situación parecía escrita para Ducati, con tres de sus pilotos liderando la carrera. Durante las primeras vueltas, se mantuvo al frente de la misma el poleman Jorge Martín, que intentó burlar las órdenes de equipo con una escapada incompleta, ya que se fue al suelo en la vuelta seis. En ese momento heredaba la primera posición Bagnaia y sacaba la calculadora. El italiano necesitaba ganar y que su rival no estuviera en el podio para sentenciar el campeonato. Sin embargo, Quartararo ya era tercero por entonces, después de superar a un Marc Márquez sin ritmo, que perdía posiciones conforme avanzaba la carrera a pesar de una gran salida por su parte.
La carrera avanzaba al ritmo que marcaba un Bagnaia que parecía tener todo bajo control, llevando a rueda a su compañero de marca (que no de equipo) Enea Bastianini, y con un margen de dos segundos sobre Quartararo. Nadie se esperaba el ataque de Bastianini, pero este llegó en la vuelta 11. Sin miramientos, pasó a su compatriota y se puso en cabeza.
Durante el tiempo que estuvo liderando la carrera la desesperación de los gerifaltes de Ducati se hacía evidente y se arremolinaban en el box incrédulos de lo que estaban viendo. De puertas para fuera, el mensaje que había dado la marca italiana era el de que sus pilotos podían luchar por la victoria en libertad. Pero el nerviosismo que se apreciaba en el garaje de Ducati hacía entender que el mensaje de puertas para dentro era otro y alguien estaba incumpliendo las órdenes de equipo. Tres vueltas duró este acto de rebeldía de Bastianini, que para más inri, aterrizará el próximo año en la escudería oficial de Ducati como compañero de Bagnaia.
Doblete de Ducati
A falta de nueve vueltas el líder el campeonato le devolvió el adelantamiento y domesticó a la Bestia (sobrenombre con el que se le conoce a Bastianini), que a partir de ese momento se quedó a rueda de su compatriota, sin atacar, pero tan cerca que parecía demostrar que tenía algo más.
No llegó la sangre al río y Ducati sumó un nuevo doblete esta temporada, con el que acarician, esta vez sí, un título que se les resiste desde 2007. Por detrás, y a pesar de que por momentos parecía que otro italiano de Ducati, Marco Bezzecchi, podría haber dado caza a Quartararo, el francés no cedió en ningún momento la tercera posición y con el podio evitaba que Bagnaia se coronara en el circuito de Sepang.
Las cuentas del título
En dos semanas Bagnaia afrontará el último gran premio del año en el Circuit Ricardo Tormo de Valencia con 23 puntos de ventaja sobre Quartararo. Al italiano le vale con sumar dos puntos para ser campeón. O lo que es lo mismo, acabar la carrera decimocuarto.
Es más difícil todavía para el francés, al que solo le sirve ganar la carrera y esperar el pinchazo de su rival. El mejor español el domingo fue Álex Rins, que cruzaba la línea de meta quinto, mientras que Marc Márquez demostraba esta vez que no había engañado a nadie. El de Cervera había asegurado el sábado que acabaría la carrera entre el séptimo y el octavo, y así fue. Un séptimo que le dejó un mal sabor de boca por la amplia diferencia de 14 segundos con respecto a la cabeza de carrera. Demasiado margen que recuperar de cara al 2023.
Y, finalmente, Aleix Espargaró no pasó de la décima posición en Malasia. Fin de fiesta para el piloto catalán al que incluso se le ha complicado la tercera posición en la clasificación. Solo un punto le separa de Bastianini y se jugará en Valencia su lugar en el podio del campeonato.