«Dejar al azar el menor número de detalles», por Sergio Vallejo

Sergio Vallejo

DEPORTES

PRADERO

17 oct 2024 . Actualizado a las 20:31 h.

Mi relación con el rali San Froilán no comenzó de la mejor manera, pues en mi debut en 1985 abandoné debido a un fuerte accidente contra un árbol en el tramo de Goián. Me dolió mucho, porque me perdí correr los tramos cercanos a Meira, mi casa, que se disputaban más tarde. Era, además, la primera ocasión que puntuaba para el campeonato nacional.

Después de ese fallido debut, incluso un año terminé de último clasificado al quedarme sin gasolina y ser rescatado por los aficionados, pero pude resarcirme en 1988 con un octavo puesto a lomos de un Peugeot 309. Años después, en 1991, conseguí una buena plaza con el 205. No fue fácil, pues en el tramo de Meira volqué delante de muchos aficionados entre los que destacaba Elena, mi mujer, toda la familia y mi abuelo Arturo, que prometió no volver a verme correr por el susto que se llevó al verme volcar delante de sus narices. No me creía cuando después le contaba que, a pesar del vuelco, había perdido solo 40 segundos y que ello no me había impedido terminar cuarto de la clasificación general. Estuve a punto de ganarlo en el 99, cuando llevaba una buena ventaja sobre el segundo clasificado, y se me rompió el motor del Saxo Kitcar en el último tramo de Riotorto a 4 kilómetros de meta.

Tardé varios años en tener un coche con opciones de ganarlo, y lo conseguí por primera vez en el 2010 gracias a mi amigo Roberto Blach, que me prestó su Skoda WRC, el año en el que Nupel me dejó apartado del equipo a media temporada. Repetí victoria sobre el Porsche en el 2013, la

cual me dejó en bandeja Pedro Burgo en el último tramo cuando una avería mecánica le obligó

a abandonar a escasos kilómetros de la meta. Me recordó mi abandono del 99. Es el claro ejemplo de que la vida, aunque a veces te parece injusta, si perseveras te acaba devolviendo lo que te quita. En 2017 vencí, en la que sería mi última victoria en este rali, pilotando el Citroën DS3.

Dicho esto, puedo decir que la clave para vencer en este rali es, además de tener un coche que te lo permita, hacer las cosas bien; o sea, trabajar para dejar al azar el menor número de cosas y que la mala suerte no tenga protagonismo. En los deportes de motor, muchas veces dependes de la mecánica. Por eso es un deporte en el que el piloto es un mero miembro más del equipo, y dependes del trabajo del copiloto, en primer lugar, y también del equipo técnico. Cuando ganas, tienes que saber que tus mecánicos hicieron un trabajo impecable y que también a ellos les debes el éxito.

Analizando por encima la lista de inscritos, el claro favorito es nuestro vecino Francisco Dorado. Voy a ser su primer fan y apoyándole para que sea otro lucense capaz de ganar el rali de casa. Aunque en privado ya le doy mis consejos, públicamente le digo que tiene que conducir bien, concentrado y en armonía con su copiloto, Andrea, y sobre todo con su coche y el equipo. Si hace todo bien, no tendrá que preocuparse de los rivales. Si se ve apurado, en realidad solo Alberto Meira y Dani Berdomás, son los únicos que le pueden inquietar.

En cuanto a los grandes artífices de que este evento salga adelante, creo que Maite Vilanova, como nueva alma máter en la organización, es consciente de que está a los mandos del evento lucense que mayor número de aficionados congrega. Es toda una responsabilidad dar continuidad a lo que crearon en su día los fundadores de la Escudería Miño, con los Vicente Quintas, Pepe Luis, Genaro Saavedra, José María, Carlos Íñiguez (DEP), Piño Trigo, Mosteirín (DEP) y algunos más. Aún recuerdo mi reunión con todos ellos en la cafetería Manuel Francisco para pedirles mi primera licencia federativa. Algunos me dijeron que se aprendía a base de golpes, otros que con trabajo y constancia. No les faltaba razón y les estaré agradecido siempre por haberme apoyado. La ciudad de Lugo seguro que también reconoce su trabajo en los inicios, el llevar el rali a lo más alto, y que perdure en el tiempo gracias a los nuevos integrantes de la escudería. Mucha suerte a todos ellos como organizadores, y a todos los participantes, del primero al último.

Sergio Vallejo fue campeón de España en el 2009 y 2014, y ganador de tres San Froilán