Las rotaciones del Manresa marcaron la diferencia para el Manresa ante el Leyma

Nacho Rama

DEPORTES

Marcos Míguez

08 dic 2024 . Actualizado a las 13:00 h.

EL Leyma realizó un buen inicio de partido, con dominio en el rebote, pero la entrada de Mario Saint Supery lo cambió todo. Impuso más ritmo, con buenas finalizaciones y dio asistencias. El Manresa enseñó de este modo sus cartas, subiendo líneas, con rotaciones constantes y presencia de muchos jugadores en pista.

Los catalanes empezaron a anotar triples y el encuentro se fue a un terreno fangoso, que perjudicó a los locales, y se fueron a la máxima diferencia (26-46). A partir de ahí, dos minuto buenos de los locales, con un parcial de 7-0 que dio esperanzas a los naranjas para la segunda parte. El Leyma no acertó en el triple (1 de 12) y aguantó gracias al rebote, volviendo al plan de partido inicial de dominar desde el poste bajo.

Las faltas de Atu y la lesión de Lima, que apenas duró unos segundos en pista, permitió poner a los cuatro juntos a la vez en ese parcial de 7-0. Creo que la no presencia de Lima condicionó mucho a los naranjas durante el encuentro.

El cuadro naranja empezó bien a la salida del vestuario con dos triples, obligando a parar a Diego Ocampo con un tiempo muerto. La dinámica era otra, pero el resultado en el marcador al final del tercer cuarto era el mismo (-13), después de un error de concentración en el rebote del tiro libre que le permitió a Manresa hasta tres lanzamientos en dos segundos.

La grada trató de empujar, pero el saber hacer de Dani Pérez, manejando muy bien el encuentro, hizo que los locales no bajaran del -9, lo que dejaba baldío el esfuerzo del equipo, que vio a -18. Las constantes rotaciones de Diego le dieron frescura a los catalanes. Cada vez que bajaba de los 10, respondía el Manresa cargando mucho el rebote ofensivo (20 para 41 en total), alargando el marcador.

Fue el último partido de Cibeira como presidente y esta plantilla, que consiguió el ansiado ascenso a la ACB, no pudo brindarle un último regalo.