La Casa Blanca quiere que las entidades reabran el grifo de la financiación a la pequeña y mediana empresa.
14 dic 2009 . Actualizado a las 23:29 h.Barack Obama no defraudó este lunes a quienes esperaban cierto tono de dureza en su interpelación a los principales banqueros de Estados Unidos que acudieron a la Casa Blanca en un momento en el que su concurso es crucial para afianzar la débil recuperación económica. El mandatario les pidió que exploren «cualquier medio responsable» para incrementar la concesión de préstamos con el argumento de que están obligados a colaborar en la reparación de la economía después de que la mayoría de esas instituciones financieras fueran salvadas gracias al plan de rescate del Gobierno.
También exhortó a los consejeros delegados de las 12 entidades más importantes del país a dejar de oponerse a sus planes para reformar el sector financiero de la nación. «Si desean pelear contra las protecciones de sentido común al consumidor, esa será una lucha que estoy más que dispuesto a tener.»
Nunca antes desde el estallido de la crisis había tenido Obama la oportunidad de decirles a la cara el mensaje que no ha cesado de repetir desde su llegada a la Casa Blanca: que la crisis financiera que llevó al sistema bancario estadounidense al borde del colapso fue el resultado «de sus propias acciones». Tres de los principales banqueros, el presidente y consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, de Morgan Stanley, John Mack, y de Citigroup, Dick Parsons, no asistieron a la reunión debido a «inclemencias del tiempo», aunque participaron en la reunión a través de videoconferencia.
Tras el rapapolvo, el mandatario compareció ante la prensa sin perder la sonrisa aunque recordó a los principales responsables de Bank of America Wells Fargo, JPMorgan Chase que los ciudadanos prestaron una «ayuda extraordinaria» a través de sus impuestos para salvar a los bancos durante la última crisis y «ahora que se han recuperado, esperamos un compromiso extraordinario por su parte para reconstruir nuestra economía».
El inquilino de la Casa Blanca puso el acento además en que las entidades ayuden al pequeño y mediano empresario, principales víctima de la crisis, que no están obteniendo la ayuda financiera necesaria. «Me llegan demasiadas cartas de pequeños empresarios que aseguran que están en condiciones de recibir un préstamo pero que no se lo dan», ha asegurado el presidente. Obama ha insistido: «Esperamos de ellos que exploren cualquier alternativa responsable para ayudar a nuestra economía a ponerse en marcha de nuevo». Por su parte, los banqueros, escaldados por el exceso de riesgo que acometieron en el pasado, se han quejado repetidamente de que muchos de los clientes no tienen la solvencia necesaria para darles financiación.
Las palabras de Obama se producen mientras su popularidad ha caído a mínimos de su mandato, un 49%, debido entre otros factores al aumento del desempleo y al uso que los grandes bancos han dado al plan de rescate bancario lanzado el año pasado por importe de 700.000 millones de dólares. Algunas entidades han reintegrado ya la cantidad que invirtió el Gobierno, como ocurre con los 4.500 millones de dólares (unos 3.000 millones de euros) que recibió el Bank of America, o los 17.000 millones de euros J.P. Morgan. Este mismo lunes Citigroup anunció un acuerdo con el gobierno para devolver los 13.650 millones recibidos desde el 2008.