Obama presionará a los principales bancos para que concedan más créditos

EFE

ECONOMÍA

El presidente de EEUU también les solicitará que acepten una mayor regulación del sector financiero.

14 dic 2009 . Actualizado a las 09:30 h.

El presidente de EEUU, Barack Obama, se reúne con los ejecutivos de los doce principales bancos del país para que concedan más créditos a los consumidores y a las pequeñas empresas, y acepten una mayor regulación del sector financiero.

Ésta será la segunda reunión de Obama con los máximos responsables de las grandes entidades financieras de Wall Street, después de la que mantuvo con ellos el 27 de marzo en plena crisis económica y en la que coincidieron en el objetivo común de colaborar en la recuperación y en restaurar la estabilidad financiera.

En aquella reunión, no ausente de tensiones, se habló del plan de rescate bancario que puso en marcha el Gobierno, así como de la necesidad de endurecer la regulación financiera y de las retribuciones y primas sustanciales que reciben los altos ejecutivos.

Obama ha sido uno de los que ha mostrado públicamente más indignación por estas compensaciones y se prevé que aborde hoy de nuevo este tema con los consejeros delegados de los doce mayores bancos de EEUU, dado que los bonos se reparten normalmente en las últimas semanas del año, de acuerdo con fuentes gubernamentales.

El presidente expresó el domingo en una entrevista al programa «60 Minutos» de la cadena CBS su molestia con los «potentados» de las grandes entidades financieras de Wall Street, porque pese a haber sido rescatadas o recibido ayudas del Gobierno siguen recibiendo primas sustanciales.

«No me presenté a presidente para ayudar a un grupo de potentados de Wall Street», afirmó Obama.

Mientras, millones de ciudadanos están en el paro en EEUU y el índice de desempleo se sitúa en el 10 por ciento.

En la entrevista Obama explicó que las únicas entidades financieras que pagan esas primas y evitan así los límites que su Administración ha impuesto a las firmas que utilizaron fondos del Programa de Asistencia de Activos de Riesgo (TARP en sus siglas en inglés) son aquellas que han devuelto el dinero al Gobierno.

Pero el presidente no descartó que esos bancos podrían haber devuelto el dinero solamente para poder pagar a sus directivos y empleados los bonos, dado que el Gobierno ha impuesto límites para las compensaciones de aquellas empresas que han recibido ayudas.

Wells Fargo y Citigroup son los únicos dos grandes bancos que aún no han devuelto el dinero del rescate recibido. Bank of America devolvió el miércoles 45.000 millones de dólares.

En la reunión está previsto que participen los ejecutivos de Citigroup, Vikram Pandit; de JP Morgan Chase, Jamie Dimon; de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein; de Bank of America, Ken Lewis; de Morgan Stanley, John Mack; y de Wells Fargo, John Stumpf, entre otros, según el Washington Post y el Wall Street Journal.

Obama les pedirá hoy que otorguen más créditos a particulares y empresas, particularmente las pequeñas, dado que en los últimos cinco trimestres han reducido la cantidad que prestan a los consumidores y negocios, pese a haber vuelto a registrar ganancias debido en parte a la importante ayuda gubernamental.

Por otra parte, las perspectivas para una reforma financiera han sido obstaculizadas por las presiones del sector que han convencido a moderados y conservadores en el Senado de que muchas propuestas limitarían el crecimiento económico.

En este sentido, Obama dijo a CBS que «lo que realmente me parece frustrante ahora mismo es que los mismos bancos que se beneficiaron de los impuestos de los ciudadanos están luchando con uñas y dientes con sus grupos de presión en el Capitolio contra una supervisión financiera» mediante una ley reguladora.

La Cámara de Representantes de EEUU aprobó el viernes, aunque por estrecho margen, la mayor reforma financiera del país desde la Gran Depresión, con el propósito de consolidar la confianza de los consumidores y combatir los abusos de Wall Street.

Con 223 votos a favor y 202 en contra, incluyendo el «no» de 27 demócratas que rompieron filas con su partido, los legisladores aprobaron una iniciativa para modernizar el sistema financiero de EEUU y reforzar la supervisión de las actividades bancarias.