El metal gallego cierra el mejor año en una década y factura 13.125 millones

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

CESAR TOIMIL

Recuperó 4.000 empleos y este ejercicio necesita firmar otros 3.000 contratos

18 ene 2018 . Actualizado a las 10:48 h.

Se acabó la época de vacas flacas en la industria gallega del metal. Es el mensaje que este miércoles transmitió Enrique Mallón, secretario general de la patronal del sector. «No queremos caer en la euforia, pero somos optimistas», dijo. Los datos avalan ese entusiasmo: la facturación en el 2017 creció dos dígitos, hasta situarse en los 13.125 millones, y recuperó 4.273 empleos con relación al ejercicio anterior, con lo que alcanza un total de 64.500. Vaticinó que a lo largo del 2018 van a necesitar incorporar otros 3.000 trabajadores, la mitad de ellos en el naval. «Ha sido el mejor año de la última década», resumió Mallón, quien añadió que es la primera vez desde el 2007 en el que todas las actividades -automoción, naval, estructuras metálicas y aeronáutica- ofrecen datos positivos.

El crecimiento llegó también al número de empresas, que ha pasado de 3.565 a 3.649. Estas representan el 20 % del PIB de la comunidad. Por provincias, la mayor actividad se concentra en Pontevedra (34.355 empresas) y A Coruña (20.919). Entre ambas suman el 86 % del empleo.

Especialmente significativos son los datos de la balanza comercial. En los diez primeros meses del año (los de noviembre y diciembre no están cerrados), el metal supuso el 37 % de las exportaciones gallegas, de las que el 61 % corresponden a la fabricación de vehículos, en tanto la construcción naval, en el anverso de la moneda, representó el 6,4 %. Pontevedra concentró el 75 % de las ventas al exterior hasta octubre, lo que supone unos movimientos por 4.890 millones.

Desgranó Mallón los datos por actividades, con la automoción claramente a la cabeza. «Es uno de los pilares de la economía gallega», aseguró. El pasado año disparó la facturación hasta los 8.658 millones, un 23 % más. Aunque el número medio de ocupados también creció, no pasó del 10 %, situándose en 18.630 trabajadores. Sin citar nombres, aunque en clara referencia a PSA, pidió Mallón que en igualdad de condiciones la carga de trabajo «debe quedar en Galicia para incrementar el músculo industrial». La compra de componentes en otros mercados queda reflejada en la subida de un 8 % de las importaciones hasta octubre.

Construcción naval

Especialmente positivos son los datos de la construcción naval, con incrementos del 21 % en la cifra de negocio (1.960 millones) y del 25 % en el empleo (10.650 trabajadores). Claro que, según reconoció Mallón, tampoco tiene mucho mérito, ya que está empezando a salir de un pozo en el que no pocos temieron que terminara por ahogarse. El objetivo es alcanzar los 17.000 empleos que tenía antes de iniciarse la crisis, agravada con la supresión de los beneficios fiscales del tax lease. Cuando por fin empiezan a cerrar contratos, el problema al que se enfrentan los astilleros es que no encuentran mano de obra cualificada.

La suspensión de pagos de factorías como Barreras o Vulcano, se llevó por delante algunas de las auxiliares con mejores plantillas e infraestructuras, un ecosistema que ahora hay que volver a crear desde una posición de debilidad como no se recuerda en la ría de Vigo. Porque si en algo coinciden patronal y sindicatos es en que los contratos los ponen los astilleros, pero la mano de obra la ponen las auxiliares, con lo que garantizar la estabilidad de estas últimas es insuflar seguridad a los primeros.

Formar mano de obra, innovar y atraer inversiones, los retos que se plantea el sector

El secretario general de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), Enrique Mallón, considera que el momento de recuperación que está viviendo el sector del metal en Galicia es un escenario inmejorable para empezar a cumplir el decálogo de reindustrialización que propugnan que, entre otros mandamientos, incluye la exploración de nuevos nichos de mercado, acceso a la financiación, suelo a precio asequible... Pero sobre todo, afirmó, de hacer frente a los tres retos más urgentes: formar mano de obra cualificada, invertir en equipos y maquinaria innovadores y atraer inversiones extranjeras.

Tienen especial prisa en cumplir el primero de ellos para hacer frente a las necesidades de personal en el naval. Con tal motivo, están ultimando un plan de choque para formar a unos 1.200 trabajadores. Los cursos, con un coste total de un millón de euros, arrancarán en marzo. «Necesitamos captar talento», dijo. Y añadió que confían en que la Administración colabore en la financiación. «Para eso contribuimos todos los meses», afirmó.

Mano de obra extranjera

Saben que, dada la urgencia de personal que tienen los astilleros, los llevará a contratar mano de obra rumana, lituana o polaca, porque para lograr que vuelvan los gallegos hay que garantizar una estabilidad que, de momento, no existe. En cuanto a la innovación, señaló que a muchas empresas la crisis las ha dejado exhaustas y, si quieren competir, tienen que mejorar equipos e instalaciones. «Si no pueden hacerlo con recursos propios, tendrán que recurrir a los públicos».