El Banco Popular no informó a la pareja de afectados de los riesgos que contraían
07 dic 2019 . Actualizado a las 17:17 h.Medio millón de euros. Es lo que tendrá que devolver el Banco Santander a una pareja embaucada para adquirir deuda subordinada del extinto Banco Popular. Así lo ha ordenado un juzgado de primera instancia de Madrid, según EFE, tras examinar el caso, que se remonta a junio del 2011.
Por esas fechas, la pareja acudió a su sucursal de confianza para gestionar sus ahorros y salió del establecimiento con 500 títulos de deuda subordinada en la mano por valor de 500.000 euros. Firmaron el acuerdo de inversión únicamente «por el vínculo de confianza que existía con el personal del banco», explica la sentencia en la que el juez admite que el taxista y la auxiliar administrativa no fueron informados de forma adecuada en torno a las características del producto que estaban adquiriendo ni de los riesgos aparejados.
Quiebra y pérdida
Cuando el Banco Popular quebró de forma repentina el 7 de junio del 2017 y el Banco Santander lo adquirió por un euro, la pareja perdió todo su dinero. Y es que la comisión rectora del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ordenó que la deuda subordinada de los clientes del Popular se convirtieran en acciones.
Unos títulos sin valor en el mercado. La pareja ignoraba que en caso de quiebra de la entidad de crédito el dinero no se reembolsaría ni un euro hasta que se hubieran pagado todas las deudas pendientes de la entidad.
Falta de información
Eso acredita la sentencia en la que se subraya la falta de información provista por el comercial que les atendió. Él asegura que «no recuerda» cómo se llevó a cabo la inversión. Sí queda demostrado que el empleado del Banco Popular se aprovechó de la falta de nociones financieras de la pareja para venderles «un producto complejo, de alta iliquidez y de mucha volatilidad» sin haber sometido a sus titulares a un mero test de conveniencia o un test de idoneidad que acreditase sus facultades para firmar el acuerdo. Por todas estas razones, el tribunal anula dicho contrato y hace responsable de la devolución del dinero al actual propietario, el Banco Santander.