Abanca compra Nueva Pescanova y abre la puerta a un socio industrial

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Controla el 80,46 % tras adquirir las acciones de Sabadell y Caixabank por 175 millones

27 mar 2020 . Actualizado a las 01:57 h.

Nueva Pescanova ya es propiedad de Abanca. El banco que preside Juan Carlos Escotet ha consumado su escalada en el capital del mayor grupo pesquero de España con la compra del 39,8 % que sus socios financieros, Banco Sabadell (24,5 %) y Caixabank (15,3 %),

cansados de esperar unos beneficios que no llegan, decidieron poner en el mercado a comienzos de año.

La operación se formalizará en las próximas semanas, y según detalló el banco en un comunicado, tiene el objetivo de «salvaguardar una empresa fundamental para Galicia».

¿Estaba en peligro el futuro de la pesquera? A juzgar por la estrategia trazada por la entidad gallega, las cosas deberían de ir amejor. «El plan de Abanca incluye reforzar la estructura financiera de la compañía, así como sus principales ámbitos de actividad corporativa y comercial», detalló en el comunicado.

Entre los objetivos establecidos por el banco se encuentra el de «devolver los órganos de decisión de la compañía a Galicia» y «reforzar el apoyo de Abanca al complejo industrial relacionado con el mar».

Socio industrial

De acuerdo con el plan diseñado, el nuevo dueño del grupo pesquero retendrá una participación «importante» en el accionariado de Nueva Pescanova para avanzar en la «búsqueda de un socio industrial», que permita construir un proyecto a largo plazo, lo cual abre las puertas a la entrada de algún grupo del sector.

Esta operación anunciada pondrá fin a un proceso desarrollado a lo largo de los últimos años a través del cual Abanca ha venido incrementando poco a poco su participación en el accionariado de Nueva Pescanova.

El acuerdo de compra con Sabadell y Caixabank llega después de meses de negociaciones, y de tiras y aflojas, que finalmente han culminado con la toma de control por parte de Abanca del 80,46 % de la compañía viguesa al mando de Jacobo González Robatto, cuya presidencia queda a expensas de renovación en la próxima junta general de accionistas, según avanzaron ayer fuentes financiera.

Estas fuentes cifraron el importe de la adquisición en 175 millones de euros. Esta suma, que no ha sido confirmada por Abanca, extrapolada al 100 % de las acciones, situaría el precio objetivo de todo el grupo en 385 millones, partiendo de una valoración de 2,5 euros por acción, un precio nada menos que diez veces más elevado que el que alcanzaron los primeros títulos de Nueva Pescanova que salieron al mercado en el año 2017.

Revalorización

Aquella primera operación fue la venta del 0,46 % de Deutsche Bank (toda su participación), a 0,25 euros por título. Esta mínima porción fue la primera que salió al mercado desde la refundación del grupo, que con esta pequeña venta situó su valor en 37 millones. Al año siguiente, la salida de Bankia del capital de Nueva Pescanova permitió a Abanca hacerse con el 3,5 % de la participación en venta al precio de 1 euro por título, lo que en aquel momento supuso valorar el grupo en cerca de 150 millones.

Con el 80,46 % ya en su poder, Abanca se pondrá al frente de un gigante pesquero que alcanzó un nuevo récord de ventas en el 2019 (la cifra, por confirmar, supera los 1.100 millones), y que acaba de agotar un plan estratégico (2016-2019) que se ha cumplido solo parcialmente ya que la facturación no se ha incrementado un 50 % y el ebitda actual de 75 millones, está lejos de los 125 previstos. El grupo rescatado, que dio sus primeros beneficios en el 2017, acabó el 2019 con inesperadas pérdidas que fuentes financieras cifran entre 20 y 40 millones de euros (las cuentas aún no han sido aprobadas en junta de accionistas).

Apuesta por el grupo pesquero ante la desbandada de los socios financieros

De aquel pool de bancos (Sabadell, Caixabank, Abanca, BBVA, Santander, Bankia y UBI) que entró al rescate de Pescanova en el año 2015 ya solo queda en el accionariado la entidad que preside Juan Carlos Escotet, con intención de permanencia.

Cuando la banca decidió capitalizar su deuda en Pescanova lo hizo con la intención lógica de recuperar su dinero (2.000 millones de euros). El plan estratégico así lo preveía. Pero las plusvalías esperadas no han llegado. Es más, el grupo rescatado, que dio sus primeros beneficios en el 2017, cerró el 2019 con inesperadas pérdidas que fuentes financieras cifran entre 25 y 40 millones (se están auditando las cuentas).

La decisión de vender de las entidades que en su día apostaron fuerte por el grupo gallego obedece al nuevo cambio de la normativa contable del Banco Central Europeo (BCE) que obliga a los bancos a hacer un mayor esfuerzo en los requisitos de solvencia y a seguir provisionando. «Aunque la venta no depare ganancias, se trata de no poner más dinero», insisten.

La pregunta obvia es ¿Por qué Abanca sí está dispuesta a invertir más y a esperar más tiempo por los ansiados beneficios de Nueva Pescanova? La entidad guarda silencio sobre la operación, pero el propio Escotet ha manifestado en más de una ocasión que la intención del banco es seguir apostando por el negocio pesquero en el futuro. Y muestra del apoyo de la entidad gallega a la pesquera es la financiación de la construcción de cuatro barcos de la compañía para Mozambique, y tres más para Namibia (todos ellos adjudicados a Astilleros Armón en Galicia).