Fallece a los 78 años Manuel Jove Capellán, el gran promotor inmobiliario de Galicia

G. Lemos / S. Vázquez / F. Brea LA VOZ / REDACCIÓN

ECONOMÍA

Fundador de Fadesa y del grupo Inveravante, llevaba un año luchando con una enfermedad

08 may 2020 . Actualizado a las 11:16 h.

El empresario Manuel Jove Capellán falleció en la madrugada del jueves en su casa de A Coruña, a los 78 años y tras haber luchado durante el último año con una enfermedad «contra la que peleó con fuerza, fiel a su talante», como informaron desde Inveravante, el grupo empresarial del que era presidente.

Un conglomerado que da empleo directo a más de 800 personas y que en los últimos años le permitió volver a situarse como una de las referencias de la promoción inmobiliaria en España, el negocio que lo catapultó a la fama gracias al éxito de Fadesa.

Un éxito que lo introdujo en la lista Forbes de grandes fortunas españolas pero que se tuvo que trabajar, con tesón y olfato para los negocios, desde el taller de carpintería de su padre, donde empezó a trabajar siendo casi un niño, fabricando puertas. Como otros muchos españoles, emigró en los sesenta a Alemania, y fue de vuelta a España cuando empezó su aventura como empresario, un camino que al principio se le hizo cuesta arriba. Pese a la quiebra de sus primeros proyectos, Jove perseveró hasta que con Edicosa primero, y posteriormente con Fadesa, dio en el clavo.

La empresa pasó de ser una promotora local a la primera división del ladrillo español, codeándose con los gigantes del sector, especialmente después de que Jove, tras un par de intentos fallidos, consiguiera tocar la campana de la Bolsa madrileña, en la que Fadesa comenzó a cotizar en abril del 2004.

Tan bien le fue en el parqué que la promotora se convirtió en una pieza codiciada. Fue el entonces presidente del Real Madrid, Fernando Martín, el que se la cobró, cerrando en el 2006 un trato por el que se compometió a pagar 35,7 euros por cada una de las acciones que habían salido a bolsa, dos años antes, por apenas 12,4.

De los más de 4.000 millones que Martín desembolsó por Fadesa, la familia Jove recibió 2.200, escapando in extremis al pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la crisis que se generó en el año 2008. A partir de ahí, se refugió primero en el sector financiero, con la compra del 5 % del BBVA en el 2007, para luego cimentar un nuevo proyecto empresarial, la corporación Inveravante, un hólding mucho más diversificado, con intereses en el campo de la energía, los productos de alimentación, los hoteles y hasta los parques recreativos. Aunque nunca renunció a la promoción inmobiliaria, centrándose primero en el mercado exterior para, a partir de la recuperación económica en España, volver a ganar terreno en el mercado nacional, donde ha adquirido importantes bolsas de suelo y cuenta con un buen puñado de promociones en desarrollo.

Allí sus colaboradores recordaban ayer a Jove como «un trabajador incansable, fiel a los suyos, a su equipo».

Al frente del conglomerado quedan sus dos hijos, Felipa y Manuel Ángel, hasta ahora vicepresidentes de Inveravante. Casado desde los 24 años con Amparo Santos, Manuel Jove tuvo otra hija más, María José, que falleció en el 2002, con solo 37 años. En su memoria el empresario fundó un año después la fundación María José Jove, que trabaja en favor de la infancia y la inclusión, y que tiene en depósito la colección de arte del empresario, que además de la carpintería (a la que seguía dedicando su tiempo de ocio) tenía en la pintura y la escultura otra de sus pasiones, lo que lo llevó a adquirir obras de grandes autores como Picasso, Dalí, Castelao, Barceló o Tàpies. Manuel Jove era patrono de honor de la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre.

Reconocimientos

Su trayectoria profesional le granjeó a Manuel Jove diversos reconocimientos, entre ellos el título de Comendador Wissan Al Moukafaa Al Watania y el de Comendador del Wissam Al-Alaoui, entregados por el rey de Marruecos, país en el que en los últimos años desarrolló proyectos inmobiliarios, complejos turísticos y centros comerciales. En Galicia, la Xunta lo distinguió con la medalla Castelao, mientras que en el ámbito profesional fue permiado por la Asociación de Promotores y Constructores de España o la Asociación de Empresarios Gallegos en Cataluña, entre otras.

Pese a todo ese caudal de reconocimiento, las restricciones del estado de alarma harán que el empresario sea despedido con un acto íntimo.