Lo que interesa a Bruselas no está en las cuentas del 2022: la gran subida fiscal se aplaza un año

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

JOHANNA GERON

El Gobierno reserva 4.200 millones de euros para paliar la crisis en los territorios más despoblados y envejecidos

14 oct 2021 . Actualizado a las 13:43 h.

El sostenimiento del estado de bienestar que invocó ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no solo se apoya en el gasto público. Sin generar nuevos ingresos, serán los jóvenes -un colectivo cada vez más pequeño sobre el total de la población- quienes cargarán con la hipoteca.

Para la Comisión Europea, tan importante como atajar el abandono escolar, el desempleo juvenil, la temporalidad y precariedad laboral o los problemas de acceso a la vivienda, es recaudar fondos para poder sufragarlo y hacerlo de forma más justa. En línea con sus demandas, el Consejo de la UE instó a España a «prestar especial atención» a la composición de las finanzas públicas, «tanto por el lado de los gasto como de los ingresos» y a la «calidad de las medidas presupuestarias» para garantizar una recuperación sostenible.

Por eso casi ninguna de las medidas fiscales que recogen los Presupuestos del 2022 -a excepción de la introducción del suelo mínimo del 15 % al impuesto de sociedades- están en la lista de deseos. La gran subida fiscal que lleva reclamando la Comisión desde hace tiempo se aplaza un año, como habían pactado en el plan de reformas. Hasta el 2023, España registrará una brecha de 10.056 millones de euros en la recaudación en relación a la media de la UE. En el punto de mira está su IVA reducido del 10 % -demasiado extendido en España a sectores como la restauración y la hostelería-, las cuantiosas exenciones y bonificaciones ofrecidas a empresas e inversores o los tributos medioambientales, largamente infrautilizados. El gravamen sobre el diésel, que se borró de un plumazo del proyecto presupuestario el año pasado, vuelve a quedar en barbecho, por las reticencias de partidos clave para sacar adelante las cuentas, como el PNV. Las negociaciones podrían complicarse el año que viene, en precampaña.

¿Dónde han quedado las recomendaciones de Bruselas de eliminar las duplicidades en las Administraciones Públicas? Bajo la alfombra. Tampoco casan las políticas del Gobierno para mitigar las disparidades entre territorios. La cohesión se deteriorará en los próximos años, según anticipan los expertos, y lo hará a un mayor ritmo del que se ha visto hasta ahora. Las cuentas del 2022 incluyen una partida de 4.200 millones de euros para contener la crisis en los territorios más envejecidos y despoblados, pero el reparto por componentes anticipan que estas ayudas tendrán solo efectos paliativos.

Ayudas paliativas

El 20 % se destinará a conectividad digital y hasta el 12 % en un plan de choque para los cuidados. En otras palabras: mejorar el bienestar de los pensionistas en las regiones menos dinámicas de España y evitar su aislamiento.

Las verdaderas inversiones para revitalizar la economía se están concentrando en los tradicionales bastiones industriales. Muestra de ello fue el anuncio de ayudas millonarias a la planta de Seat en Martorell (Cataluña), antes de abrir el plazo del concurso, y la posterior exclusión de la planta de Stellantis Vigo del reparto de los fondos europeos Next Generation para la instalación de una fábrica de baterías.

Los territorios más industrializados no tienen que afrontar los mismos retos demográficos que las regiones más dependientes del sector primario y ofrecen un potencial de crecimiento más rápido que las zonas envejecidas, por eso el Gobierno reserva el doble de fondos (el 10 % del total) a la transformación ambiental y digital de los sectores agroalimentario y pesquero. Solo 210 millones de euros (5 %) del sobre contra la despoblación se invertirá en medidas de dinamización industrial, que se canalizarán a través de otras partidas, como los fondos europeos.

Fondos para jóvenes

Frente a las políticas contra la despoblación se erigen otras igual de importantes: las destinadas a la juventud, cuyo presupuesto casi triplica el de las primeras alcanzando los 12.550 millones de euros. De esa partida, más de 2.000 millones se destinarán a becas y 2.076 a Formación Profesional (FP). También se incluye en los Presupuestos una partida de 400 millones para el ya célebre bono alquiler, que permitirá extender cheques de 250 euros mensuales a jóvenes de hasta 35 años para facilitar su acceso a una vivienda en las zonas más tensionadas por los precios.