La medida anticontaminación supone eliminar 750.000 repostajes de gasóleo al año, la mitad de todos los que se realizan en la capital parisina. El objetivo a medio plazo es que no haya diésel en ninguna estación de servicio
09 oct 2024 . Actualizado a las 16:48 h.A partir de 2035 no podrán venderse coches nuevos con motores de combustión. Dará igual que sean diésel, gasolina o híbridos. Así lo determinaba el año pasado el Parlamento Europeo. A partir de esa fecha tendrán que salir de los concesionarios solo vehículos eléctricos o movidos mediante hidrógeno. La única excepción a esta norma serán aquellos coches que puedan utilizar combustibles sintéticos, algo que estará reservado a los compradores más pudientes porque se prevé que sean el doble de caros que los fósiles actuales. En todo caso los coches actuales podrán circular hasta 2050, porque Bruselas, apelando a la ley de garantías y derechos de los consumidores, obliga a que haya repuestos y puedan ser reparados hasta ese momento. Un alivio para un país como España, que tiene un parque móvil con una edad media superior a los 14 años, cifra que casi llega a 16 en Galicia según Faconauto, la patronal de los concesionarios españoles.
Sin embargo, los plazos para evitar que los vehículos que echan humo por el escape circulen por las carreteras pueden ser más cortos si cada país miembro de la UE, alguna de sus regiones o incluso entidades locales, aprueban normativas anticontaminación restrictivas. Y una de las más polémicas y recientes viene de París. En la capital francesa cuatro de sus principales gasolineras ya no tienen surtidores de gasoil. En ellas, por lo tanto, un coche diésel no puede repostar. «El gasóleo emite micropartículas, que contribuyen en gran medida a la contaminación atmosférica y son responsables de 8.000 muertes al año en la región de París» indica el ayuntamiento para validar una medida que fue aprobada en junio y que empezó a aplicarse el pasado 1 de octubre. Los óxidos de nitrógeno, gases que se producen en mayor medida en la combustión de gasoil, están en el foco de las autoridades por su afección en la salud de las personas, especialmente en el sistema respiratorio.
La alcaldesa socialista Anne Hidalgo, de origen español y nacida en la localidad gaditana de San Fernando, mantiene así su cruzada anticontaminación contra el tráfico rodado. A principios de este año ya había promovido un referendo en el que se aprobó que los coches SUV, de mayor peso y tamaño, y que por lo tanto gastan más combustible para moverse, pagasen el triple que los utilitarios y compactos por aparcar en París. Y el próximo años 2025, está previsto que cerca de 400.000 vehículos no puedan moverse en las zonas de bajas emisiones por las restricciones que conllevan para los vehículos más viejos y contaminantes. «Solo son cuatro de las 15 gasolineras de la marca Total las que se ven afectadas», han salido al paso de las críticas que ha suscitado la medida desde el consistorio. Y aunque ese dato es cierto, esas cuatro estaciones de servicio ubicadas en el «periférico», la autopista de circunvalación que rodea la ciudad, suponían al año 750.000 repostajes de vehículos diésel, lo que según apunta el diario Le Parisien es la mitad de todo el gasóleo que se consume en un año en París.
A día de hoy los vehículos comerciales, de transporte público, policiales o de emergencias son generalmente los más contaminantes de todos porque no es habitual encontrar camiones, autobuses que no sean urbanos o furgonetas que no sean diésel. Es por eso que la decisión ha levantado ampollas entre las clases trabajadoras que se ven obligadas a realizar sus labores en París. Sumado al hecho de que si en esas cuatro grandes gasolineras no hay diésel, los conductores se verán en la necesidad de ir a otra situada más lejos y por lo tanto acabarán contaminando aún más.