Stellantis Vigo, entre el alivio y la incertidumbre

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Carlos Tavares, durante una visita a la factoría de Vigo
Carlos Tavares, durante una visita a la factoría de Vigo Cedida

Los trabajadores no ocultan su satisfacción por la dimisión de Tavares, pero temen que el grupo endurezca todavía más los ajustes impuestos por el director ejecutivo portugués

02 dic 2024 . Actualizado a las 17:37 h.

La noticia de la dimisión del director ejecutivo de Stellantis, Carlos Tavares, ha sido acogida con sorpresa en la planta del grupo en Vigo, en la que trabajan 6.500 empleados directos, y considerada como una de sus factorías más rentables de la multinacional francoitaloamericana. En general, la reacción ha sido de alivio y hasta de cierta satisfacción, siempre en medio de la cautela que caracteriza a una plantilla acostumbrada a hacer piña y a asumir sacrificios para sacar adelante los proyectos asignados.

La duras exigencias para ahorrar costes de producción es lo que más critican los trabajadores. «Los ajustes que hizo Tavares inicialmente hicieron que la empresa mejorara, pero hace tiempo que no tiene explicación esa búsqueda tan grande de beneficios, todo al milímetro, tan ajustado, que, al final, los que más lo sufrían eran los trabajadores», ha dicho a Efe el delegado de UGT en la factoría de Vigo, Aser Sanz. «El sustituto de Tavares difícilmente va a ser peor, pero nunca se sabe», añade.

«No creo que fuese necesaria esa fórmula que él usaba y esperemos que el próximo [director general] que venga lleve una línea en ahorro de costes por otro lado, no siempre apretando a la clase trabajadora», ha añadido.

También ha coincidido con esa visión el representante de CC.OO., Santiago García, que ha observado en la plantilla, «en principio, un sentimiento de satisfacción porque los recortes de Tavares hicieron mucho daño».

Para García, «en una reflexión más calmada, hay que tener en cuenta que esta sustitución tan abrupta puede tener consecuencias para la adjudicación de los coches en las diferentes factorías del grupo», advierte.

Los representantes sindicales están preocupados por que la carga de trabajo de la factoría de Vigo se resienta, por lo que CC. OO, ya adelanta que «se vigilará el cumplimiento de los acuerdos adquiridos por Tavares».

«Tenemos que esperar. La esperanza es que el grupo mantenga los compromisos que tiene con Vigo y estaremos muy atentos para que así sea», ha afirmado García.

Por su parte, el sindicato CUT ha opinado que, aunque el período de Tavares no fue bueno para los trabajadores, las políticas del nuevo director ejecutivo pueden ser todavía peores.

Un representante de CUT, Víctor Mariño, sin representación en el comité de empresa, se mantiene crítico con la dirección de la multinacional y ha opinado que la salida de Tavares «ha sido orquestada y veremos qué hay detrás de todo esto».

Según Mariño, «Tavares no quería ganarse la etiqueta de ser el director ejecutivo que cierra plantas y esperemos que su sustituto no asuma el perfil de coger la tijera y empezar a cortar todavía» más ha advertido Mariño.

La dirección de la planta de Vigo se ha remitido al comunicado oficial que hizo público ayer el grupo en el que anunció la dimisión de Tavares «con efecto inmediato». Su sustituto se conocerá a lo largo del primer semestre del año próximo y hasta entonces Stellantis queda al mando de un nuevo comité ejecutivo interino bajo el mandato del presidente del consejo de administración, John Elkann.