Pedro Sánchez y el meta-meme en «La Pija y La Quinqui»

ELECCIONES 23J

Pedro Sánchez acudió a uno de los podcast más vistos entre la Generación Z
Pedro Sánchez acudió a uno de los podcast más vistos entre la Generación Z La Pija y la Quinqui

En la visita del presidente del Gobierno al pódcast preferido de los jóvenes se habló poco o nada de política, y mucho de Paquita Salas, Rosalía y el Primavera Sound

16 jul 2023 . Actualizado a las 22:24 h.

Carlos Peguer y Mariang Maturana no imaginaron hace un año, cuando empezaron su pódcast, que tendrían al presidente del Gobierno a un metro hablando de Rosalía. Tampoco imaginó entonces Pedro Sánchez que obligaría a los españoles a asumir unos comicios generales en pleno verano. De lo imprevisible, lo divino —Taylor Swift— y lo humano —la pizza cojonuda— hablaron La Pija y La Quinqui con el candidato socialista en el cierre de temporada.

Todo surgió cuando las redes aclamaron su intervención en El Hormiguero y le pidieron más. Antes de que el cara a cara con Feijoo le dejase noqueado, el líder del Ejecutivo vio el mejor filón electoral allá donde hubiera escaleta y micrófono, precisamente para distanciarse de esa campaña de deshumanización de la que lleva más de un mes acusando a la derecha. Así que no dudó en aceptar la invitación de estos chicos de 25 años para acercarse al electorado más joven de izquierdas. Unos potenciales votantes que crecieron con un politono debajo del brazo y que, como le estamparon sin paliativos Mariang y Carlos al presidente del Gobierno: «Nos informamos por Twitter».

Con 51 años y durmiendo en La Moncloa, el madrileño parece que solo vislumbró dos opciones antes de entrar en el estudio: aburrir a la generación Z con un perfil institucional o darle al público exactamente lo que quería: una charla que podría tener con sus hijas para demostrar que es un padre que mola. Así, Pedro Sánchez se transformó en Perro Sanxe y comenzó la actuación de fin de curso. Según les dijo a Carlos y a Mariang, ahora este apodo le gusta. Tampoco le hizo ascos a Bizcochito, como le llamaron nada más empezar en honor a la canción de Rosalía, una artista que no dejó de alabar en los casi 60 minutos que duró el pódcast.

Pedro Sánchez empezó tibio, y a la pregunta de si era más pija o más quinqui no supo salir bien del todo, basando su justificación en que no puede ser pijo siendo de Aluche. Pero, copa de vino mediante, se fue soltando. Se tocaron todos esos palos susceptibles de generar tuits virales, de Paquita Salas a Samantha Hudson. Pero el presidente del Gobierno pronto acabó convertido en boomer de Pantomima Full. Después de decir que echaba de menos conducir y de dar el dato más sorprendente del encuentro —¿quién podía imaginar que la Biblioteca Nacional recopilaba memes por su valor histórico?—, se lanzó de lleno a lo indie. «Me hago las playlists a través de Radio 3», dijo, para insistir en lo mucho que les gusta a él y a su mujer, Begoña Gómez, el Primavera Sound, la máxima expresión de lo que antes se denominaba hipster.

De política se habló lo justo, por no decir nada. Ni de preocupaciones electorales ni de programas que cumplir. Pero como la vida es política y la política es vida, resultaba curioso cómo ver cómo quienes son dos referentes para infinidad de chavales convertían en ironía el desasosiego de su generación. «Yo es que vivo en tres metros cuadrados», dijo Carlos en un momento de la charla, para dar Mariang una cita muy reveladora minutos después: «La universidad solo te sirve para darte cuenta de lo que no quieres hacer». Sánchez no dio soluciones, pero ellos tampoco las pidieron.