Alexandra Fernández, la política que anticipó el fin de las mareas

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2020

Oscar Vazquez

Advirtió hace más de un año del «fin de ciclo» del rupturismo

15 jul 2020 . Actualizado a las 14:35 h.

Hay una política que anticipó antes que nadie el derrumbamiento de las mareas, el espacio construido con la suma de Podemos, EU y Anova, que llegó a gobernar las ciudades de A Coruña, Santiago y Ferrol. Esa persona es Alexandra Fernández, exdiputada de En Marea en el Congreso y ahora diputada electa del BNG, que a principios del 2019 rompió sus lazos con el grupo político tutelado por Pablo Iglesias preconizando el «fin de ciclo» de las alianzas entre la izquierda nacionalista y la federal. El tiempo le dio la razón y las mareas se fueron disolviendo. Primero cayeron los alcaldes urbanos que tenían en Galicia y, el pasado domingo, desaparecieron del Parlamento gallego.

Alexandra Fernández no vaticinó lo que iba a ocurrir por sus dotes adivinatorias, sino porque conoció de primera mano cómo se operaba dentro del espacio político de las mareas.

Alexandra Kollontai, como la llaman algunos, y como ella se identifica en Twitter en homenaje a la revolucionaria soviética, fue en el año 2011 una de esas jóvenes activistas que se asomó con ilusión al movimiento del 15M para cambiar el mundo. Tenía 22 años y participó en la acampada que se montó frente al consistorio de Vigo, que fue la última en ser levantada en la comunidad gallega.

Con las protestas de los indignados, la llamada nueva política empezaba a bullir y Galicia se erigía en el teatro de operaciones impulsado, bajo el reclamo de Beiras, la coalición Alternativa Galega de Esquerda (AGE) para las autonómicas del 2012. En los inicios de aquello estuvo implicada Alexandra Fernández, que en el 2015 debutó como portavoz de En Marea en el Congreso.

No tardó mucho tiempo en adivinar que Pablo Iglesias, el líder de Podemos, nunca contempló que las mareas fueran un espacio político con autonomía para tomar decisiones. El primer varapalo para el proyecto gallego se produjo cuando Podemos impidió que En Marea se constituyera en grupo propio en el Congreso.

Fagocitación de las mareas

A los que apostaban por la vía autónoma, Alexandra Fernández, y en menor medida Fernán-Vello, no les quedó otra que apretar los dientes y aguantar el tirón. Pero el proceso de fagocitación de las mareas por Podemos fue a más, hasta el punto de convertirse en una plataforma para la proyección de un perfil político: el de Yolanda Díaz.

Alexandra Fernández se plantó en febrero del 2019, siendo la única de los cinco diputados de En Marea que votó en contra de un proyecto de presupuestos del Estado que recortaba en un 20 % la inversión en Galicia. Aludió entonces al final de una experiencia política, dimitió de sus cargos y se centró en preparar en Portugal el trabajo de fin de carrera de Arquitectura, viendo cómo todo se disolvía.

Tras una sucesión de pugnas internas y peleas por los cargos, en abril del 2019, En Marea se refunda como Galicia en Común y baja de cinco a dos diputados (Yolanda Díaz y Gómez-Reino), que decidieron subordinarse ante el líder de Podemos a cambio de puestos con cierta visibilidad. Díaz es ministra de Trabajo y Gómez-Reino preside la comisión parlamentaria del ramo, pues no dejó su acta para presentarse a las elecciones gallegas. Un mes después fueron defenestrados los tres alcaldes urbanos de las mareas y, el pasado domingo, perdieron los catorce diputados que tenía en O Hórreo. Solo queda Yolanda Díaz como cargo institucional de mayor proyección.