La policía busca datos de una empresa de la mujer de Pujol y de su hijo Jordi en Panamá
ESPAÑA
El juez registra domicilios y despachos en busca de pruebas de que el primogénito ocultó 30 millones fuera de España
27 abr 2017 . Actualizado a las 09:14 h.La maratoniana jornada judicial del martes del hijo mayor del expresidente catalán Jordi Pujol, que comenzó en la Audiencia Nacional a las doce de la mañana, y que se pensaba concluía con su ingreso en la prisión de Soto del Real (Madrid) a última hora de la noche, todavía tenía otra sorpresa. A llegar al centro penitenciario, el preso se bajó de la furgoneta y unos minutos después se subió a otro vehículo de la Guardia Civil en dirección a Barcelona. Fueron 653 kilómetros para cumplir con la orden dada horas antes por el juez: quería que a las ocho de la mañana de ayer, Jordi Pujol Ferrusola estuviera en la Ciudad Condal para presenciar los registros previstos.
La decisión del magistrado de que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía practicase los registros la tomó antes de decretar el ingreso en prisión de Jordi Pujol hijo, según señalaron fuentes judiciales. Tras dos comparecencias anteriores en sede judicial y un informe policial que apreciaba la reiteración delictiva del acusado, José de la Mata tomó la iniciativa y el 17 de abril citó al primogénito del expresidente catalán. Este martes escuchó durante cuatro horas sus argumentos sobre el origen de la fortuna familiar y el patrimonio personal; y, a la vista de que su alegato seguía cojeando y faltaba «a la verdad», ordenó que su encarcelamiento era «estrictamente necesario». Ahora sí. La segunda fase del plan diseñado por el juez incluía los citados registros en Barcelona. Lugares donde se sospecha que podrían encontrarse indicios documentales que sustenten el peso acusatorio de la causa antes de llevarla a juicio. Algunos de los inmuebles, como el despacho laboral de la calle Ganduxer, ya fue revisado por la UDEF en el 2015.
Siete horas de registros
La sorpresa llegó cuando los agentes entraron en la casa familiar del expresidente de la Generalitat, donde el hijo mayor tiene otro despacho tras la separación de su mujer, y la residencia que la familia tiene en Queralbs (Gerona). Allí fue donde Pujol padre se refugió cuando en julio del 2014 confesó que había mantenido una fortuna oculta al fisco durante décadas en Andorra, y que fue el origen de la causa en la que se investiga a los Pujol y a sus siete hijos.
Ayer fueron unas siete horas de registros, en los que la Policía buscaba documentación que acredite los 30 millones que Jordi Pujol Ferrusola, gestor de las cuentas familiares, habría escondido fuera de España para evitar ser embargado durante el transcurso de la investigación. Y es que en el auto de ingreso en prisión, el juez afirmó que sigue manteniendo sociedades pantalla en Estados Unidos, Paraguay, México, Panamá, Argentina y Andorra con media docena de testaferros. Para ello crea negocios ficticios cuya actividad no ha podido justificar.
Los registros comenzaron en la casa que Jordi Pujol y Marta Ferrusola tiene en un barrio acomodado de Barcelona. Poco después de la entrada de los agentes, salió el exmandatario, que no estaba obligado a asistir. Los agentes buscaban documentación de una sociedad que Marta Ferrusola compartía con su hijo en Panamá, Kopeland Foundation, y que habría servido para ocultar parte de la fortuna que acumulaban en Andorra.
«Siento mucho todo lo que está pasando», afirma el expresidente
Ya durante su época de presidente de la Generalitat era poco amigo de los micrófonos, hasta el punto que acuñó la célebre frase «hoy no toca» para no dar explicaciones y salirse por la tangente. Jordi Pujol Soley fue abordado ayer en dos ocasiones por una nube de periodistas y evitó las respuestas. Sin embargo, al regreso a su casa tras el registro de su despacho en la calle Calabria, dijo: «Siento mucho todo lo que está pasando». El exlíder de CiU no aclaró si estaba pidiendo disculpas o era una forma de manifestar su malestar por la operación judicial. Antes había salido de su domicilio en la calle General Mitre cuando a las 8.45 de la mañana llegaron los agentes de la UDEF desplazados desde Madrid porque no tenía por qué presenciar el registro. Fue su esposa, Marta Ferrusola la que lo hizo. Ya en octubre del 2015, los agentes habían estado en el inmueble, pero entonces el registro se había limitado a la habitación que ocupaba el primogénito, mientras que en esta ocasión los policías han buscado por todo el piso.
Anoche, Jordi Pujol Ferrusola iba a pernoctar en la cárcel de Brians 1, en la localidad barcelonesa de Sant Esteve Sesrovires, antes de ser trasladado a la de Soto del Real, en Madrid. Así lo había autorizado el juez De la Mata por «cuestiones humanitarias» y después de haber asistido durante el día a varios registros. Pero a última hora se comunicó que sería trasladado a la prisión de Zuera, en Zaragoza,