El portavoz de la plataforma cree que han logrado dejar el discurso independentista «en evidencia»
31 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El discurso suena parecido. Se ha pasado del «España nos roba» al «Cataluña nos roba». Esta semana salió del anonimato un movimiento creado en el 2011 que ha puesto en el ojo del huracán el discurso del independentismo catalán. Es Tabarnia, el neologismo que la Plataforma per l'Autonomía de Barcelona -también conocida como Barcelona is not Catalunya- ha escogido para la creación de una hipotética comunidad autónoma de corte constitucionalista que hipotéticamente se independizaría de una hipotética Cataluña independiente.
Muchos se rieron al conocer la existencia de esta iniciativa. Ahora lo hacen menos tras conocer el impulso que ha cogido gracias, principalmente, a la propuesta realizada en la plataforma Change.org, que ya ronda las 200.000 firmas. Pero, ¿qué es Tabarnia? Se trata de un movimiento que surgió hace más de seis años para reclamar un mejor trato para las comarcas costeras de Barcelona y Tarragona, discriminadas respecto al resto de las zonas catalanas. A lo largo de estos días, han aprovechado el tirón mediático incluso para difundir en las redes sociales la que sería su bandera, formada a partir de las enseñas de Tarragona y Barcelona. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) también se ha pronunciado al respecto y ha propuesto utilizar «tabarnés» como gentilicio de Tabarnia.
Sin duda, la resaca electoral, que ha llegado en medio de las festividades propias de estas fechas, unida al silencio de los políticos, han dado pie al impulso de esta iniciativa que, según sus promotores, ya ha cumplido su propósito fundamental.
Espejo para los secesionistas
«El primer objetivo de Tabarnia es convertirse en un espejo para los independentistas. Un espejo en el que se miren y vean lo que durante muchísimos años han estado haciendo en Cataluña y lo absurdo de su discurso», explica Jaume Vives, erigido portavoz de la plataforma y que saltó al estrellato hace unos meses tras ser grabado por un vecino tratando de contrarrestar las caceroladas independentistas de Barcelona con el Que viva España de Manolo Escobar a todo volumen en el balcón de la casa de sus padres, en la calle Balmes.
Los impulsores de la idea se admiten desbordados y han decidido confiar en Vives la portavocía. Alertan de que es «el único interlocutor válido» y advierten que cualquier otra persona que pretenda aprovechar el tirón de Tabarnia para su interés particular no les representa. «Hay gente que lleva trabajando muchos años en todo esto. Se quiere ir despacio para no cometer errores y echar por la borda todo el trabajo realizado durante este tiempo», explica Vives.
Sus promotores afirman que el fenómeno Tabarnia no se detiene y a falta de confirmación oficial, la plataforma plantea realizar una primera concentración el próximo mes de enero en la plaza Sant Jaume de Barcelona.
Pero, ¿cuál es su verdadero objetivo? ¿Qué buscan con esta iniciativa? Los no independentistas necesitaban un concepto político nuevo que les permitiera hacer frente dialécticamente al secesionismo sin las pesadas adherencias ideológicas del españolismo. Donde hoy se dice Tabarnia, antes se decía Cataluña. En este sentido, Tabarnia pretende mostrar «el cúmulo de falsedades sobre el que se ha montado el mito independentista de forma tan machacona durante los últimos años», dicen sus promotores.