Julio Rodríguez: «Están presos por razones políticas, por lo que habrá que llamarlos presos políticos»

ESPAÑA

JAVIER CEBOLLADA | efe

El que fuera Jefe de Estado Mayor de la Defensa, nacido en Ourense, defiende que «el conflicto de Cataluña debería haberse resuelto políticamente»

11 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

De familia gallega, Julio Rodríguez, de 69 años, nació en Ourense, aunque no ha residido en esta ciudad. Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) entre el 2008 y el 2011, siendo ministra Carme Chacón cesó en la carrera militar en noviembre del 2015 y desde entonces milita en Podemos. Desde diciembre del 2017 es secretario general de Podemos en Madrid. Acaba de publicar el libro Mi patria es la gente, en el que cuenta sus experiencias como militar y su ingreso en Podemos.

-¿El título de su obra significa que su patria no es España y sus símbolos?

-No es incompatible. La palabra patria no es patrimonio de un determinado grupo de la derecha. El patriotismo lo entiendo como algo más racional que visceral. No es más patriota el que más lo proclama, sino el que más lo practica, el que se levanta todas las mañanas antes del amanecer para ir a trabajar, quien lucha por una sanidad pública para todos y está más cerca de la gente. No el que levanta la bandera más grande y luego se lleva su dinero a paraísos fiscales. Los símbolos son importantes, pero no lo fundamental.

-Una de las cosas que más valoran los militares es el patriotismo y la defensa de la unidad de España.

-No le corresponde a los militares defender la unidad de la patria, sino a todos los españoles.

-¿Cree que a Podemos le perjudica electoralmente su posición sobre Cataluña?

-Hay que asumir que ha tenido un coste porque se ha transmitido una idea falsa de ambigüedad. Nosotros hemos dejado claro que no somos independentistas, pero estamos por el diálogo y un referendo pactado, legal y con garantías. Creemos que nuestra postura es coherente a largo plazo. Esta misma mañana [por la de ayer] Rajoy ha dicho que en cuanto haya Gobierno va a abrir un diálogo, ¿por qué no lo ha hecho antes, hace cinco años? Creemos que el tiempo nos va a dar la razón. La simplificación que hace Ciudadanos de buenos y malos, independentistas y no independentistas, crea división y me parece muy peligrosa.

-Pero en el libro pone en el mismo plano a los secesionistas que están acusados de graves delitos y al Gobierno, que dice «solo ha contestado a Cataluña con la indiferencia, la porra o los tribunales».

-Lo que expongo es que tenía que haberse abierto una vía política. El riesgo de ir por la vía judicial es que no se sepa salir de ella, estar sometidos a la interpretación de un juez determinado. El de Cataluña es un conflicto político que debería haberse resuelto políticamente. Eso es lo que quería decir en el libro, más allá de los delitos que se puedan haber cometido. Debería haberse anunciado la celebración de un referendo dentro de dos años para que los que no somos independentistas pudiéramos convencer a los catalanes con argumentos económicos, políticos, jurídicos.

-Ese derecho a decidir no está reconocido y entraña riesgos de abrir la vía del referendo a otras autonomías.

-Como decimos los pilotos, cuando uno despega asume un riesgo, pero controlado.

-Acuérdese de lo que pasó con el referendo del «brexit», que parecía iba a salir el no y ganó el sí.

-Pero ahí Cameron cometió un error, adelantó el referendo creyendo que lo iba a ganar y a sacar rédito político y se equivocó.

-En el libro dice que España es un país de países. ¿Qué significa eso?

-Cuando hay una identidad, una lengua y una cultura propias se establece una diferencia. Cuando hablo de país de países me refiero a un país en el que se reconozcan las distintas nacionalidades, todas unidas dentro de España, porque yo no soy independentista.

-¿Los líderes catalanes que están en la cárcel son presos políticos?

-Son políticos presos, pero están presos por razones políticas, por lo que habrá que llamarlos presos políticos. Y hay razones políticas para acusarlos de los delitos de rebelión y sedición. El poder sabe que la cárcel debilita.

-Usted era el Jemad cuando España participó en la operación militar contra Libia que Pablo Iglesias criticó duramente.

-No se disparó un solo tiro. Una vez tomada la decisión política, aprobada por el Parlamento, a mí me correspondía decidir los medios, el coste y el tiempo de la intervención, de acuerdo con el mandato internacional que existía.

-¿Cree que las disensiones internas en Podemos le pasarán factura electoral en Madrid?

-Las hay como en los demás partidos, pero las nuestras se magnifican. Lo de Bescansa duró 24 horas.

-¿Se volverá a presentar Carmena?

-Estoy convencido de que sí, pero es una decisión que debe tomar ella. Los planes B son siempre peores que el plan A.

-Tras las elecciones de junio del 2016 escribió un tuit en el que dijo que era «deprimente» que la mitad de los electores, en referencia a los del PP, no creyeran en la ética, lo que calificó de peligroso. ¿Lo sigue pensando?

-Me refería a que cuando alguien vota a un partido que está sumido en la corrupción hay una falta de ética política. Lejos de mí llamar corruptos a todos los votantes del PP.