Felipe González achaca las noticias sobre el rey emérito a un intento de liquidar el «régimen del 78»
ESPAÑA
Casado advierte que cuando no se respetan las «normas no escritas» sobre la Corona y las instituciones se pone en peligro la democracia
17 jul 2020 . Actualizado a las 21:19 h.Felipe González no da mucha credibilidad a las informaciones sobre la fortuna del rey emérito y sus supuestas operaciones financieras ilícitas pero sospecha que forman parte de una operación para liquidar el modelo político surgido en la Transición. Una tesis a la que se aproximó el líder del PP, que también advirtió de que existen unas «normas no escritas» sobre la Corona y otras instituciones que cuando se vulneran ponen en peligro el sistema democrático.
El expresidente del Gobierno y el líder de la oposición coincidieron en que hay algo más detrás de las noticias sobre Juan Carlos de Borbón y su patrimonio. González cree que el continuo goteo sobre las irregularidades en las actividades financieras del rey emérito forman parte de «una campaña» dirigida contra «el régimen del 78». Otro de los elementos de esa operación seria, a su entender, la difusión hace un mes de un viejo informe de la CIA que le vincula a él mismo con los GAL, y que consiste «un pequeño refrito» de noticias de prensa.
González enmarcó en esa misma operación de «derribo del 78» la difusión casi al mismo tiempo de las informaciones sobre el rey emérito y las referidas a los GAL. «Esa es la única razón», afirmó hoy en una entrevista en TVE.
Reclamó que se respete «la presunción de inocencia» del exjefe del Estado, con el que se reunió cada semana entre 1982 y 1996 y mantuvo «una comunicación fluida», antes de dar credibilidad a las palabras de «un policía corrupto», el excomisario José Villarejo, y a «una señora», Corinna Larsen. Al menos, pidió, que se dé la misma credibilidad. González no entró a valorar la conducta de Juan Carlos de Borbón, pero puntualizó que no se puede olvidar que «hizo un servicio fantástico» a España en la consolidación de la democracia.
Pablo Casado hizo un planteamiento parecido sobre los peligros que se esconden tras las informaciones sobre el rey emérito pero cargó las tintas sobre la respuesta del Gobierno de Pedro Sánchez. Durante la presentación de un libro del senador del PP Fernando Martínez-Maíllo El Banco Central Europeo. Propuestas de reforma, el jefe de la oposición señaló que en democracia existen «unas normas no escritas» sobre el respeto a las instituciones, incluida la Corona, que hay que respetar, y el Gobierno de Sánchez «en apenas unos meses han traspasado demasiadas normas no escritas». Casado recordó que en el libro «Cómo mueren las democracias» de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, los autores concluyen que cuando se rebasan esas convenciones ocurre lo que se describe su obra. «Con esto -subrayó- estoy siendo muy claro».
El líder del PP consideró que los que es «inquietante y perturbador», términos que empleó Sánchez para referirse a las noticias sobre el exjefe del Estado, es «lo que está diciendo» el Gobierno en esta crisis de la Corona.
Los tiempos de la Zarzuela
Desde el Ejecutivo no hubo comentarios. La vicepresidenta Carmen Calvo se ratificó en la opinión de que «el pasado del jefe del Estado anterior que en nada afecta a la actividad del actual rey». El Gobierno, añadió, actúa con «lealtad» a la Corona y trabaja con ella en el marco que establece la Constitución. La vicepresidenta defendió antes de participar en un acto de memoria histórica en Sevilla que aunque «el Gobierno no otorga el título de rey, asume constitucionalmente de manera firme y leal que nuestra Jefatura del Estado tiene forma de monarquía parlamentaria».
La Moncloa no se va a salir de este discurso de, en palabras de un ministro, «estricta constitucionalidad» mientras espera que la Casa del Rey anuncie las medidas que decida adoptar Felipe VI referidas a su padre. La Zarzuela «maneja sus tiempos», sostienen fuentes gubernamentales.
Entretanto, el silencio persiste en la Casa del Rey, que hoy se vio sacudida por otra información del diario El Mundo, según la cual Corinna Larsen envió una carta Jaime Alfonsín, jefe de la Casa del Rey el 5 de marzo del año pasado, en la que Juan Carlos de Borbón le había pedido en 2014 la devolución de los 65 millones de euros que le había transferido dos años antes desde una fundación panameña radicada en Suiza. La examante, según su carta, se negó para evitar futuras «acusaciones por delitos financieros» y que la respuesta del rey emérito fue acusarle «falsamente de haberle robado».