Vitoria y Bilbao acogieron los actos centrales en conmemoración del décimo aniversario del final de ETA
20 oct 2021 . Actualizado a las 20:37 h.El lendakari, Iñigo Urkullu, presidió este miércoles en la sede bilbaína del Instituto Vasco de la Memoria el acto «En memoria de las víctimas, construyendo convivencia». En su intervención, Urkullu celebró que ETA haya desaparecido de forma «unilateral, completa, definitiva e incondicional», y recordó a las víctimas y sus familiares, a quienes se dedicó el homenaje.
Tras aludir a los testimonios de las víctimas, el lendakari apuntó que estos son «la expresión más directa de lo que, en realidad, significa la violencia». «No estamos dispuestos a olvidar. La mejor manera de recordar es construir una memoria honesta: ningún ser humano es un objeto cuya vida pueda ser instrumentalizada por nadie para ninguna causa», aseguró.
El acto también contó con la presencia de María Jauregi, hija del ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jauregi, asesinado por ETA, que, a título personal, lanzó un mensaje en el que llamó a «construir puentes entre diferentes sin dejar a nadie atrás» y construir ese «futuro entre todos».
Ausencia de Covite
Por su parte, la asociación de víctimas Covite denunció este miércoles que «las consecuencias del final de ETA negociado las están pagando las víctimas con la impunidad», por lo que sus representantes decidieron no asistir al homenaje que se celebró este miércoles en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria, y que contó con la presencia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
«Valoramos mucho el inmenso trabajo realizado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo para que queden registrados los hechos históricos en relación con el terrorismo de ETA, así como para que la memoria de las víctimas ocupe el centro del relato del terrorismo, pero no iremos a ningún acto en el que se proclame la victoria de la democracia sobre ETA», argumentaron desde Covite.
El director del memorial, Florencio Domínguez, recordó en su intervención que «la paz y la convivencia requieren el reconocimiento de la injusticia de la violencia, el reconocimiento del daño causado y la dignidad de las víctimas, todas ellas merecedoras del derecho a la verdad, la justicia y la reparación».
Sin contrapartidas
En el mismo acto, Fernando Grande-Marlaska aseguró que «a la organización terrorista ETA la venció el Estado de derecho» y que «no hay ninguna contrapartida», en relación a la situación de los terroristas presos.
El ministro del Interior subrayó que «España es un Estado de derecho y una sociedad basada en valores democráticos» y que «únicamente tiene un principio: la aplicación de la ley, que es lo que dignifica a un Estado» e insistió en que las víctimas del terrorismo son el «baluarte» de ese Estado de derecho.