Manuel Castells dimite como ministro en pleno debate de la ley de universidades

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Manuel Castells, en una imagen de archivo
Manuel Castells, en una imagen de archivo M. FERNÁNDEZ | EUROPA PRESS

Desgastado por su nulo protagonismo político, renuncia por motivos de salud y será sustituido por Joan Subirats a propuesta de En Comú Podem

16 dic 2021 . Actualizado a las 22:38 h.

Manuel Castells Oliván (Hellín, Albacete, 1942) dimitió este jueves como ministro de Universidades, convirtiéndose así en el décimo miembro del Gobierno de coalición que deja su cargo en dos años. La renuncia, que fue comunicada al rey Felipe VI por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, obedece oficialmente a «razones personales», debidas a su delicado estado de salud. La gestión del ministro, designado por En Comú Podem, estaba siendo cuestionada en los últimos meses no solo por el sector socialista del Ejecutivo, sino también por Podemos ante su falta de protagonismo político. Castells abandona el cargo en pleno proceso de aprobación de la reforma de la ley de universidades impulsada por su departamento y criticada desde ámbitos académicos, tanto por los rectores como por los estudiantes, así como por la oposición. 

Desconectado del Gobierno

Castells, catedrático de Sociología, muy vinculado a Pedro Sánchez desde antes de que el líder socialista llegara a la presidencia del Gobierno y profesor del rey Felipe VI en su etapa universitaria, es el segundo ministro nombrado por Unidas Podemos que deja el Gabinete tras la renuncia del exvicepresidente segundo Pablo Iglesias, que abandonó su puesto para ser candidato a la Comunidad de Madrid y dejó posteriormente la política activa

Desde la formación del Ejecutivo de coalición, Castells ha sido, a pesar de su reconocida trayectoria académica, uno de los ministros con menor proyección pública y menos peso político, hasta el punto de que en algunas ocasiones sus propios compañeros en el Gobierno decían desconocer su paradero y sus reiteradas ausencias. Fue el único miembro del Gabinete que no asistió a los actos celebrados con motivo del 43 aniversario de la aprobación de la Constitución.

El estado de salud de Castells hizo que sus médicos le recomendaran no hacer viajes ni exponerse a ninguna situación que le provocara estrés. Su relevo llegó a darse por hecho en la amplia remodelación del Gobierno llevada a cabo por Pedro Sánchez el pasado mes de julio, pero finalmente se mantuvo en el cargo que ahora abandona. El pacto de Gobierno firmado entre los dos socios de coalición, que implica que cada uno de los partidos tiene autonomía para nombrar y destituir a los ministros que forman parte de su cuota en el Ejecutivo, hace que el sustituto de Castells, Joan Subirats, haya sido designado también por En Comú Podem. A pesar de que los nombramientos de los ministros son una facultad exclusiva del presidente del Gobierno, Sánchez se ve obligado así por segunda vez a remodelar su Gabinete por decisión de Unidas Podemos, después de la salida de Pablo Iglesias, que designó como sustituta en el Consejo de Ministros y máxima representante de Unidas Podemos a Yolanda Díaz.

Décima baja en la coalición

La renuncia de Castells llega en plena campaña de la vicepresidenta segunda para impulsar una plataforma política que trascienda las siglas de Podemos y aglutine a todas las fuerzas a la izquierda del PSOE. Un proyecto que ha recibido el respaldo público de la alcaldesa de Barcelona y líder de los Comunes, Ada Colau, responsable del nombramiento de nuevo titular de Universidades.

Antes de la dimisión de Castells, dejaron el Gobierno de coalición Salvador Illa, Pablo Iglesias, Carmen Calvo, Arancha González Laya, Juan Carlos Campo, José Luis Ábalos, Isabel Celaá, José Manuel Martínez Uribes y Pedro Duque.

Enric Fontcuberta | EFE

Joan Subirats, un cultureta escogido por Colau y ungido por Díaz

El catedrático jubilado de la UAB fue encarcelado en La Modelo y es una amante de la música clásica y el ensayo

Fran Balado

A comienzos de julio cumplió con su palabra y presentó su renuncia como concejal de Cultura y Educación de Barcelona. Medio año después, justo cuando se encontraba más alejado de los focos para seguir haciendo política, pero desde la barrera, una llamada de Yolanda Díaz y de Ada Colau para ofrecerle la cartera de Universidades le acabó de convencer para que volviese al ruedo. Y por la puerta grande. Porque a Joan Subirats (Barcelona, 1951), el hijo de unos lecheros del Raval, lo nombrará Pedro Sánchez este viernes en una declaración institucional desde La Moncloa, pero la realidad es que a este catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) lo elige la alcaldesa de Barcelona, con la que mantiene una estrecha amistad y máxima confianza profesional desde que se conocieron coincidiendo en actos impulsados por diversas plataformas sociales antes de que los comunes asaltaran el consistorio, y lo unge la vicepresidenta segunda, máxima responsable de Unidas Podemos.

Bandera Roja y el PSUC

Militante de la extinta Bandera Roja, como tantos otros, como paso previo al PSUC, otra formación comunista con gran implantación en Cataluña, en 1973 tuvo que interrumpir sus estudios universitarios de Económicas durante dos meses en los que permaneció encarcelado en La Modelo tras haber sido arrestado por «los grises» junto a más de un centenar de participantes en una gran asamblea entre los que se encontraba el exvicepresidente catalán Carod Rovira.

Una vez se convirtió en profesor, aprovechaba los casi tres meses de parón en las aulas durante el verano para viajar, fundamentalmente a Asia, en donde participaba como intérprete de grupos de turistas, sacándose un extra que le permitía sufragarse estos, sobre todo en la época, prohibitivos viajes.

El impulsor de la plataforma Guanyen es un amante de la música, fundamentalmente de la clásica, y de los libros, con predilección sobre los ensayos. Es decir, el estereotipo clásico y de libro de la cultura de élites. En los últimos años fue el máximo responsable del área en Barcelona.

Traspasado el ecuador de la legislatura, el nombramiento de Subirats tiene también su componente electoralista, en donde aportará mucho más que Castells, demasiado alejado de los medios y de la calle.